Veintiséis
cajas tiene el supermercado de las cuales solo dos están atendiendo a
la larguísima cola de clientes que se disponen a pagar. Allí, con su
carrito lleno de víveres, una señora refunfuña: “¿A dónde vamos a
llegar? ¡Dos cajeras nada más para todo este gentío! Claro, porque esta
nueva ley de vagos que cínicamente llaman ley del trabajo les da yo no
sé cuántos días libres a esos sinvergüenzas… Chavistas promotores de la
vagancia y que ahora pretenden que sea el laborioso empresario el que
pague los platos rotos. Como si fuera tan fácil contratar suficiente
personal sin ir a la quiebra. Eso es lo que quiere este comunismo: la
quiebra, la destrucción del aparato productivo del país.
Sí,
aunque lo nieguen, vivimos en comunismo y con libreta de racionamiento
sin libreta, porque ni para libretas tienen, sino que ponen cartelitos
en los anaqueles: “Cuatro pollos por persona”. ¡Cuatro! ¿Y si a mi me da
la gana de comprar veinte porque veinte puedo pagar? El gobierno no me
deja porque regulan el precio al pollo para que el empresario no lo
quiera producir... y, para colmo, la pendeja de Maria Alejandra no quiso
venir a agarrar otros cuatro porque “y que” ya no le cabe un pollo más
en la nevera.
Y
este calorón porque ya ni el aire nos dejan prender. Que si ahorro
energético, como si uno se chupara el dedo. Ahorro nada, incapacidad.
Solo en Venezuela, porque yo, en los años que llevo viajando a Miami,
jamás he visto a nadie ahorrar energía. Ellos ponen su aire
acondicionado heladito y ya. Eso es libertad, eso es tener patria…
¿Que
en Miami la electricidad es carísima? Sí, pero prestan un buen servicio
a los que lo podemos pagar. Sería el colmo que aquí nos subieran la
luz, mejor dicho, ojalá la subieran para que sepan lo que es una
explosión social.
Porque
eso es lo que necesitamos para acabar con este comunismo: una explosión
social. El problema es que este pueblo se conforma con poco y nosotros,
la gente decente y pensante de este país, no podemos salir a explotar
por ahí, a lo sumo montamos algunas guarimbas que no tienen el impacto
de un montón de chavistas saqueando, eso sí, allá donde ellos viven,
para que nosotros, aquí donde vivimos, recuperemos la libertad
democrática de hacer lo que nos dé la perra gana.”
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