jueves, 27 de febrero de 2014

¡QUE FALLO!





Publicado el 26 febrero, 2014 por blosodi en Opinión


– Respuesta de Silvio Rodríguez a Rubén Blades


“Las verdaderas revoluciones son siempre difíciles. Che Guevara sabía algo de eso y decía que, en las verdaderas, se vence o se muere, porque una revolución no es una tranquila, pacífica obra de beneficencia, como cuando las encopetadas damas de la alta sociedad salen a hacerle caridad a los que no tienen justicia.
Una revolución es un vuelco, una ruptura, un abrupto cambio de perspectiva. Es cuando los oprimidos dejan de creer en que los que mandan –los que los oprimen– tienen la verdad de su lado, y piensan que el mundo puede ser diferente de como ha sido hasta entonces.
Pero claro que los opresores no se resignan a abandonar sus posiciones de dominio y luchan a vida o muerte por ellas, aunque aparentemente, los “otros” sean sus connacionales: enseguida se enajenan de la mayoría del pueblo, porque las revoluciones –no los golpes de estado– siempre son obra de la mayoría.
En un respetuoso diálogo con el presidente venezolano aunque no tanto con sí mismo, el cantautor Rubén Blades, hace años uno de los abanderados de la canción social en América Latina, expone su concepto de revolución:
Para mí, la verdadera revolución social
es la que entrega mejor calidad de vida a
todos, la que satisface las necesidades
de la especie humana, incluida la necesidad
de ser reconocidos y de llegar al estadio
de auto-realización, la que entrega oportunidad
sin esperar servidumbre en cambio.
Eso, desafortunadamente, no ha ocurrido
todavía con ninguna revolución[1].
Ni va a ocurrir en ninguna revolución verdadera, Rubén. No era sino la voluntad de mejorar la calidad de vida de la gente lo que inspiró la Reforma Agraria cubana, que entregó parcelas a miles de campesinos sin tierra y, esencial para procurar mejor calidad de vida, fue la alfabetización cubana de 1961, –porque no hay autorrealización sin saber leer– pero enseguida llegaron la invasión de Bahía de Cochinos y el bloqueo económico que es repudiado cada año en la ONU, aunque acaba de cumplir 52.
Me fascina esa idea de que una revolución social “satisface las necesidades de la especie humana”, y claro que eso solo lo hace una revolución cuando se la ve históricamente: no habría democracia ni derechos humanos sin la prédica de los iluministas: sin Voltaire, Montesquieu, Rousseau, pero los que llevaron adelante esas ideas en la práctica social, los que las impusieron como “necesidades de la especie humana” –Danton, Marat, Robespierre , porque las monarquías gobernaban por derecho divino– guillotinaron a la aristocracia francesa que se rebeló contra ellas, la aristocracia que ahogaba en sufrimientos, en miseria los derechos de lossans culottes, acaso los que Evita Perón llamó en su momento “los descamisados” y Martí “los pobres de la tierra”.
El tiempo ha pasado, nos recuerda Blades, pero los derechistas venezolanos llaman “los tierrúos” a esos pobres sin zapatos que ellos explotan en el siglo XXI. Es imposible que una revolución haga felices a los dos grupos, porque la revolución va a dar justicia, y hacer justicia no es una fiesta de cumpleaños.
Es decir que nunca ha habido una revolución social como entiende Blades que debe ser. ¿Será que él no sabe lo que es una revolución social? Según se deduce de lo que escribe, no lo la sido ni la inglesa, ni la francesa, ni la rusa, ni la mexicana, ni mucho menos la cubana que lideró Fidel Castro. Presumo que tampoco la venezolana de hace doscientos años, pese a que Blades escribe de esa Venezuela que ama como “el pueblo de Bolívar”. Y ¿qué hizo el Libertador? ¿Una tranquila y plácida obra de bienestar social? No gritó Patria o Muerte, sino que firmó un decreto de guerra a muerte para los enemigos de la patria, que eran los de la revolución.
Blades no sólo lo proclama ahora en esa respuesta a Maduro, sino que lo cantaba en sus canciones latinoamericanistas: “de una raza unida, la que Bolívar soñó”. Entonces, ¿el intento de realizar el sueño de Bolívar no es el proceso integrador que emprendió Chávez, y que enfrenta a un imperio que nos quiere divididos, sino que únicamente servirá para mover el culo bailando salsa? Y cantar a voz en cuello: “A to’a la gente allá en los Cerritos que hay en Caracas protégela”. A “to’a esa gente” la protegen, además de María Lionza, los médicos de Barrio Adentro, porque esos que gritan y agreden en las calles no se ocuparon jamás de la salud de los venezolanos humildes.
Tal vez fue María Lionza la que los mandó a bajar de los Cerritos, cuando el golpe de estado de abril de 2002, para sitiar el ocupado palacio de Miraflores y exigir el regreso del presidente que habían elegido.  No te dejes confundir, Blades, “busca el fondo y su razón”, y trata de entender las revoluciones de la historia, no las que soñamos para tranquilizarnos.
Para Blades, el programa político del chavismo “obviamente no es aceptado por la mayoría de la población”. Lo que quiere decir que la mayoría que eligió a Maduro, no lo es.  Blades ignora las 18 elecciones ganadas por el chavismo y el casi 60% de votantes que el PSUV obtuvo en las elecciones de diciembre –que la derecha dijo que sería un plebiscito– y declara mayoría a los representantes de la vieja derecha derrocada por Pablo Pueblo, porque ese hombre –nos recordó Neruda–  despierta cada doscientos años, con Bolívar.
Me recuerdo a mí mismo, en los años setenta, en el antiguo apartamento de Silvio Rodríguez, con su puerta negra en la que había golpeado el mundo, descubriendo los primeros trabajos de Rubén Blades con la orquesta de Willy Colón. Nos encantábamos de encontrar una salsa patriótica, “La maleta”, aunque sabíamos que no eran ideas unánimes entre los latinoamericanos. Ninguna idea hondamente renovadora consigue apoyo unánime, al menos cuando aparece: el poder establecido –eso que los norteamericanos llaman stablishment–tiene muchos resortes, muchas maneras de “convencer”, de imponer sus intereses, y sabe que son pocos los que no ceden ante ellos.
Una cosa es cantar y otra vivir lo que se canta, y cantarlo en todas partes. Tengo vivo el recuerdo de ese extraordinario salsero que es Oscar D’Leòn, cantándole, en los años ochenta, a un público cubano que lo adoraba, que llenaba un coliseo de 15 mil localidades para escucharlo y cantar con él. Lo recuerdo feliz, arrojándose al suelo del aeropuerto de La Habana para besar la tierra de la isla al partir y, a las semanas, lo vi abjurando de su viaje a Cuba, cuando los magnates del disco en el Miami contrarrevolucionario, lo acusaron de comunista por cantar en La Habana, y amenazaron con cerrarle todas sus puertas, que eran también las más lucrativas de su realización como artista.
Oscar sabía que esa derecha, esa burguesía –y mucho menos el poder imperial que tenían detrás– no bromeaban: a Benny Moré, que era el mejor cantante de América Latina, la RCA Víctor no le grabó un disco más cuando decidió quedarse a vivir y a cantar en la Cuba revolucionaria.
Todo me lo explico, pero tengo la tristeza de que ya no podré escuchar a Rubén Blades como ese cantor de nuestra América que quiso ser.”

¿POR QUÉ SERÁ QUE LOS FASCISTAS APRENDEN DE SUS ERRORES, Y EL GOBIERNO NO?


CUANDO LOS FASCISTAS SE VIERON DERROTADOS EN EL GOLPE MEDIÁTICO-MILITAR DE 2002, ENSEGUIDA ACEPTARON EL DIÁLOGO PROPUESTO POR CHÁVEZ-CRUCIFIJO-EN-MANO.
 Tiempo que aprovecharon para recuperar un poco las fuerzas perdidas y para preparar la estocada mortal del golpe petrolero, al cual lanzaron de inmediato, después de darle una patada a la mesa, donde se sentaron a dialogar con el equipo encabezado por José Vicente Rangel.
Golpe petrolero que le costó a Venezuela más de veinte mil millones de dólares y que fue superado gracias al estoicismo con el que nosotros aguantamos cinco meses de escasez de medicinas, alimentos y combustibles. Nosotros y solo nosotros (el pueblo) fuimos los grandes vencedores de los fascistas, al haber aguantado su violencia y la impunidad con la que contaron durante esos cinco meses.

Impunidad que permitió que ninguno de los golpistas quedase preso, y aprovechando la inocente magnanimidad del gobierno, se reagruparon desde afuera y desde adentro, esperando una nueva oportunidad para arremeter contra el estado y contra nosotros. Esa oportunidad les llegó con la lamentable muerte de Chávez. Todos los carroñeros son así y por eso no la desperdiciaron.

¿ Pero qué hizo el gobierno durante los nueve años que vivimos de relativa tranquilidad ? ¿ Qué hizo para prepararse ? ¿ para contrarrestar la ofensiva fascista que todos nosotros esperábamos ? NADA, absolutamente NADA. El gobierno solo se preparaba para ganar elecciones y más elecciones. Creía que con ganarlas iba a mantener controlada la acumulada ambición de poder de los pitiyanquis nacionales y la de sus amos, por recuperar el petróleo que alguna vez fue de ellos.

De esa cruenta y costosa experiencia golpista, el gobierno no aprendió nada de nada. Ni siquiera teniendo todos los poderes del estado bajo su control, aprendieron a protegerse contra las nuevas agresiones fascistas que todo el mundo -menos el cándido gobierno- sabía que vendrían. Chávez no sufrió más de esas agresiones porque los gringos estaban ocupados en sus aventuras bélicas en Irak, Afganistán, Libia, y haciendo lo posible para meterse en Siria, que sólo los rusos se lo impiden.

Pero Chávez murió y los gringos necesitan petróleo y Venezuela lo tiene. Por eso reactivaron sus viejos planes golpistas y comenzaron a mover a sus títeres nacionales y a su mediática internacional, para crear el caos y la desestabilización, en varios puntos neurálgicos de las principales ciudades del país.

Hoy cumplimos dos semanas con incendios, saqueos, heridos y muertos, causados por la violencia fascista. Con el estado Táchira sitiado por los paracos, en vez de estar sitiado por nuestro ejército. Dos semanas con el estado Mérida a merced de los vándalos de la oposición, en vez de estar ellos sometidos por la justicia.

¿ Y qué hace el gobierno para acabar con esta situación ? Pone a los trabajadores al servicio del estado a marchar a Miraflores; Le solicita a la Asamblea Nacional que nombre una ‘Comisión de la verdad’ (al igual que se hizo después del golpe de 2002), ‘para investigar los hechos acontecidos en estas dos semanas’; y, el colmo de los colmos: solicitar un diálogo "abierto y sincero" con los mismos protagonistas del golpe, con los que tumbaron a Chávez y ahora quieren tumbar a Maduro.

¡ Qué bolas camarada, qué bolas !

¡ Entonces, amigo lector ! ¿ Usted cree que el presidente Maduro aprendió algo en estos largos catorce años ? Yo pienso que NO. Catorce años en el gobierno y el hombre sigue igual de cándido como una paloma. Lo que yo sí creo es que los fascistas sí aprenden de sus errores. Para muestra otro botón: ya los vende-patria de Fedecamaras y de la MUD, más los facinerosos obispos de la iglesia católica, dijeron que sí al diálogo. ¿ Por qué ? ..pues porque su última embestida fascista parece llegar a su final... e igualito que en el golpe anterior, quieren ir a dialogar con el cándido presidente para presionarlo, y entonces: - Solicitar la liberación de todos los terroristas y asesinos presos, incluyendo la de Leopoldo López; para solicitar el desarme de los colectivos, es decir del pueblo; para solicitar anulación de la ‘Ley de precios justos’; para que eliminen el control de cambio, para que la GNB se vaya de carnavales; para que los alcaldes bolivarianos les recojan la basura a los alcaldes fascistas (mientras estos se van de vacaciones carnavalescas); para que les entreguen todo lo que les han expropiado, para que no le allanen la inmunidad a la fascista mayor, María Machado; para que les aumenten el cupo de los dólares viajeros a 10 o 20 mil, y para que liberen todos los precios…

Si este diálogo se da, ustedes verán que los golpistas algo (o todo) de lo anterior, consiguen. Ellos después dirán aquí no ha pasado nada, vamos a vivir un tiempo de tranquilidad y si el gobierno no cumple con lo acordado, volveremos a mandar nuestras hordas burguesas a la calle y ya ustedes saben que esos muchachos ¡ sí cumplen ! (sobre todo cuando les pagan..).

Algo más... Si el presidente Maduro no saca provecho de esta situación y aprende de ella, estaremos a merced de los fascistas por largo tiempo, aunque él continúe en el gobierno. En esta nueva oportunidad el pueblo con su comportamiento estoico, así como salvó a Chávez salvó a Maduro, pero ¿ sabrá él cuánto tiempo más aguantará su paciencia ?

martes, 25 de febrero de 2014

¿QUÉ LES PASA A LOS MEDIOS PÚBLICOS ? -O EL SILENCIO DE LOS INOCENTES... (Y NO HABLAMOS DE LA PELÍCULA...)

¿ QUÉ LES PASA A LOS MEDIOS PÚBLICOS ?   -O  EL  SILENCIO  DE  LOS INOCENTES...  (Y  NO  HABLAMOS  DE  LA  PELÍCULA...) 
¡Por fin! empezaron los medios públicos, a poner algunos (pocos) comentarios del pueblo que está sufriendo las guarimbas de la derecha.

Que mal manejo de las comunicaciones… definitivamente. El pueblo es el mejor portavoz de cualquier gobierno, y eso sí lo saben hacer muy bien los fascistas. En sus televisoras eso es lo que mas ponen, el pueblo fascista, llamando al pueblo 'fascista'.

Ya basta de poner sólo a los analistas políticos. No hay mejor imagen que la del motorizado que, en el canal 8, le dice al guarimbero sifrino: ¿ Tú crees que yo no trabajo... ?

Esas son las imágenes que hay que poner a circular por el mundo, porque a fin de cuentas este golpe de Estado es principalmente contra el propio pueblo, que es el que sufre los cierres del metro, las quemas de basura y bolsas plásticas, el acoso de los guarimberos e inclusive las agresiones físicas.

Los analistas políticos además no traducen la realidad cotidiana, pues el papel toilet que no aparece, la harina de maíz o de trigo acaparada en los supermercados, es la que no distribuyen los empresarios golpistas, que sí reciben los dolares pero no distribuyen los productos, para crear este caos. Es decir, los golpistas encubiertos que no se ven en las guarimbas pero sí prestan sus camiones, porque esos que trancaron Altamira, a la altura de La Carlota, deben ser camiones de la Polar ¡como siempre!...

Si quieren guarimbear que se vayan a los almacenes o depósitos de Cargill o la Polar, ellos son los principales autores del desabastecimiento, pero eso no lo están diciendo los analistas, todos se van al discurso grueso del imperio sin poner la cosa en la realidad concreta y diaria.

El gobierno le da dolares a los golpistas para que sigan acaparando lo que no producen o importan, ¿ Hasta cuándo ?

Ya el pueblo está cansado de las guarimbas y eso es lo que hay decir desde la voz del propio pueblo. Los medios públicos ni siquiera reseñaron la hermosísima marcha que ayer, 20 de febrero, realizaron los colectivos y movimientos sociales desde la plaza Catia hasta la Plaza Venezuela, y donde el pueblo le habló al pueblo…

El pueblo le recordó al pueblo, las veces que hemos puesto el cuerpo y las ideas para defender el proceso revolucionario, y con consignas le recordaba al pueblo, que en la unión está la fuerza. "Si el pueblo no se arrecha, lo jode la derecha", "Leopoldo, Bichito, te sale Tocuyito; Leopoldo, ladrón te sale Tocorón", la siempre vigente consigna: "El pueblo unido jamás será vencido", y para los tímidos cacerolazos recibidos en el camino: "Que toquen, que toquen cacerolas, para joder al pueblo, tienen que echarle bolas".

Que alegría la de una marcha que culminó con alegría lo que comenzó con alegría, a pesar de los twiteros de la derecha que no dejaron de decir que los "colectivos" violentos estábamos marchando con armas y disparando. Y sí disparamos, pero no balas, sino que disparamos ideas y políticas: "Golpe de Timón a la izquierda", "Ni un dolar más pa' el empresariado golpista", "No más alimentos con productos transgénicos y amarillo No. 5, de venta en Mercal"... entre otras consignas que animaron a los marchistas y al pueblo que los escuchaba con atención a su paso por las avenidas. Pues la marcha le hablaba a la derecha golpista de afuera y de adentro del Gobierno, porque la derecha interna viene haciendo desastres.

El pueblo le dijo al gobierno 'a ponerse las pilas', y le dijo tambien: "Maduro escucha, escucha al pueblo en lucha". El pueblo tiró lineas y dijo "No mas dólares para el golpismo empresarial". Y a ponerse a producir todo el mundo, ya basta de importar. Para eso no se hizo el ministerio de la alimentación. Si no, que le dejen el negocio al ministerio del comercio, pues lo que se vende en los mercales, bicentenarios y pdvales, no son más que los productos de los empresarios golpistas.

¿Donde están los enlaces con las cadenas productivas locales, comunales del país y de latinoamerica si fuera el caso?. Pero, sobre todo, dónde esta la producción de maiz, caraotas, y los productos nuestros. ¡OJO! Ministro de Agricultura, la contraloría social anda suelta, y no es del lado del fascismo, es del lado del chavismo, que vendrá por la rendición de cuentas.

Vamos a poner los medios al servicio de la revolución, no del Gobierno, porque dentro del gobierno hay quienes no quieren revolución, aunque pongan su mejor carita de revolucionario. E incluso, ¡ qué flaco servicio le brindan al gobierno...!

¡Así! que Golpe de Timón a la izquierda, sino nos jode la derecha…

Por Aana Waraira Repano

- Ver más en: http://laguarura.net/2014/02/24/27f-dia-de-la-indignacion/#sthash.BRhnfyCK.dpuf
¡Por fin! empezaron los medios públicos, a poner algunos (pocos) comentarios del pueblo que está sufriendo las guarimbas de la derecha.

Que mal manejo de las comunicaciones… definitivamente. El pueblo es el mejor portavoz de cualquier gobierno, y eso sí lo saben hacer muy bien los fascistas. En sus televisoras eso es lo que mas ponen, el pueblo fascista, llamando al pueblo 'fascista'.

Ya basta de poner sólo a los analistas políticos. No hay mejor imagen que la del motorizado que, en el canal 8, le dice al guarimbero sifrino: ¿ Tú crees que yo no trabajo... ?

Esas son las imágenes que hay que poner a circular por el mundo, porque a fin de cuentas este golpe de Estado es principalmente contra el propio pueblo, que es el que sufre los cierres del metro, las quemas de basura y bolsas plásticas, el acoso de los guarimberos e inclusive las agresiones físicas.

Los analistas políticos además no traducen la realidad cotidiana, pues el papel toilet que no aparece, la harina de maíz o de trigo acaparada en los supermercados, es la que no distribuyen los empresarios golpistas, que sí reciben los dolares pero no distribuyen los productos, para crear este caos. Es decir, los golpistas encubiertos que no se ven en las guarimbas pero sí prestan sus camiones, porque esos que trancaron Altamira, a la altura de La Carlota, deben ser camiones de la Polar ¡como siempre!...

Si quieren guarimbear que se vayan a los almacenes o depósitos de Cargill o la Polar, ellos son los principales autores del desabastecimiento, pero eso no lo están diciendo los analistas, todos se van al discurso grueso del imperio sin poner la cosa en la realidad concreta y diaria.

El gobierno le da dolares a los golpistas para que sigan acaparando lo que no producen o importan, ¿ Hasta cuándo ?

Ya el pueblo está cansado de las guarimbas y eso es lo que hay decir desde la voz del propio pueblo. Los medios públicos ni siquiera reseñaron la hermosísima marcha que ayer, 20 de febrero, realizaron los colectivos y movimientos sociales desde la plaza Catia hasta la Plaza Venezuela, y donde el pueblo le habló al pueblo…

El pueblo le recordó al pueblo, las veces que hemos puesto el cuerpo y las ideas para defender el proceso revolucionario, y con consignas le recordaba al pueblo, que en la unión está la fuerza. "Si el pueblo no se arrecha, lo jode la derecha", "Leopoldo, Bichito, te sale Tocuyito; Leopoldo, ladrón te sale Tocorón", la siempre vigente consigna: "El pueblo unido jamás será vencido", y para los tímidos cacerolazos recibidos en el camino: "Que toquen, que toquen cacerolas, para joder al pueblo, tienen que echarle bolas".

Que alegría la de una marcha que culminó con alegría lo que comenzó con alegría, a pesar de los twiteros de la derecha que no dejaron de decir que los "colectivos" violentos estábamos marchando con armas y disparando. Y sí disparamos, pero no balas, sino que disparamos ideas y políticas: "Golpe de Timón a la izquierda", "Ni un dolar más pa' el empresariado golpista", "No más alimentos con productos transgénicos y amarillo No. 5, de venta en Mercal"... entre otras consignas que animaron a los marchistas y al pueblo que los escuchaba con atención a su paso por las avenidas. Pues la marcha le hablaba a la derecha golpista de afuera y de adentro del Gobierno, porque la derecha interna viene haciendo desastres.

El pueblo le dijo al gobierno 'a ponerse las pilas', y le dijo tambien: "Maduro escucha, escucha al pueblo en lucha". El pueblo tiró lineas y dijo "No mas dólares para el golpismo empresarial". Y a ponerse a producir todo el mundo, ya basta de importar. Para eso no se hizo el ministerio de la alimentación. Si no, que le dejen el negocio al ministerio del comercio, pues lo que se vende en los mercales, bicentenarios y pdvales, no son más que los productos de los empresarios golpistas.

¿Donde están los enlaces con las cadenas productivas locales, comunales del país y de latinoamerica si fuera el caso?. Pero, sobre todo, dónde esta la producción de maiz, caraotas, y los productos nuestros. ¡OJO! Ministro de Agricultura, la contraloría social anda suelta, y no es del lado del fascismo, es del lado del chavismo, que vendrá por la rendición de cuentas.

Vamos a poner los medios al servicio de la revolución, no del Gobierno, porque dentro del gobierno hay quienes no quieren revolución, aunque pongan su mejor carita de revolucionario. E incluso, ¡ qué flaco servicio le brindan al gobierno...!

¡Así! que Golpe de Timón a la izquierda, sino nos jode la derecha…



- Ver más en: http://laguarura.net/2014/02/24/27f-dia-de-la-indignacion/#sthash.BRhnfyCK.dpuf

lunes, 17 de febrero de 2014

DE VUELTA CON EL GOLPISMO EN VENEZUELA

Pensamos con ingenuidad,  que con el triunfo del Presidente Maduro en las últimas elecciones, en las que le sacó más de diez puntos de ventaja a los candidatos de la Mesa de la Unidad, la situación en Venezuela iba a tranquilizarse.  Capriles,  el candidato derrotado en las presidenciales  y  electo como gobernador en el estado de Miranda,  acudió el último diciembre a una reunión del Presidente con funcionarios públicos locales y estadales recién elegidos.  Reconoció la victoria de Maduro y también su legitimidad.  Pero ahí comenzó también la fragmentación entre las filas de la derecha…

El escenario de una parte no menor de la derecha latinoamericana siempre ha sido el del golpismo  cuando han estado fuera del gobierno,  y  la represión de cualquier disidencia o alternativa cuando  habitan los palacios presidenciales.  De esa actitud,  alimentada por los Estados Unidos  -para los que  todo al sur del Río Bravo es su  “patio trasero”-,  surgió también como respuesta la lucha armada.  El fin del gobierno sandinista en 1990 marcó el fin de las salidas violentas desde la izquierda.  Fracasó el primer levantamiento zapatista  (triunfó el pacífico y mediático),  fracasó Chávez en 1992,  fracasó Sendero Luminoso,  se estancaron las FARC…  Chávez lo entendió  y  en 1998 se hizo con el gobierno cambiando los fusiles por los votos.  Pero participar en las elecciones no iba a apaciguar a la derecha…

Desde el primer momento,  Chávez se convirtió en el enemigo de los derrotados  (ya para esas elecciones de 1998,  Aznar mandó a Moragas,  Arriola  y,  qué casualidad,  a Correa  –el de la Gürtel-  a ayudar en las elecciones a la candidata de la derecha).  Pero al igual que el hundimiento de la URSS en 1991 fue el comienzo del fin del Estado social en Europa,  la renuncia a la lucha armada en América Latina vino acompañada del recrudecimiento del golpismo  en la derecha del continente.  La derecha sólo acepta la democracia si está en el poder.  Cuando está fuera,  le vale todo para recuperarlo.  En casi todos lados.  ¿ O no nos acordamos que Aznar llegó a la política mintiendo  y  se fue mintiendo ? …

La extrema derecha venezolana vuelve a las andadas.  No está dispuesta a esperar que la coyuntura le dé una oportunidad electoral.  Siempre tienen prisa.  Capriles ya no les vale  y  vuelven al sabotaje,  a poner muertos en las calles,  a la desestabilización,  contando como única baza el apoyo mercenario de buena parte de las empresas de medios de comunicación del mundo y de la propia Venezuela  (donde el 80 % de los medios están en manos de la oposición).  Como su candidato  -Capriles-  ganó en diciembre en las elecciones en el estado de Miranda  y  ha aceptado el resultado (ya que no parece muy sensato decir que hay fraude cuando tú mismo has sido elegido),  los candidatos de los Estados Unidos vuelven a agitar la bandera de la violencia para intentar acorralar al gobierno de Nicolás Maduro.  Los mismos que ya probaron esa  -vieja-  estrategia en el breve golpe de 2002.  Los mismos que si se hicieran con el poder en Venezuela,  convertirían a ese país en un cementerio  anexo a una cárcel.

Los análisis de una parte de la derecha  son los que han llevado a un sector de la misma,  que sigue sin querer entender el apoyo popular al proceso bolivariano,  a repetir la estrategia golpista.  Ramón Piñango,  del IESA  y  Director de la “Unidad de análisis de coyuntura”,  recomendaba recientemente a Henrique Capriles  alejarse de Leopoldo López  y  de su plan de regresar a la lucha callejera para desestabilizar al gobierno  (Plan  “Salida”).  En un documento publicado estos días en la prensa venezolana hacía las siguientes reflexiones, entendiendo que la anterior estrategia golpista sólo había servido para reforzar más el apoyo popular al chavismo: “1.  El respaldo popular al chavismo sigue siendo importante y mayoritario;  2. Las medidas anunciadas por el Presidente Maduro han dado señales al pueblo de que el Gobierno está actuando;  3. El Gobierno ha logrado posicionar la matriz de la responsabilidad del sector privado en la escasez  y  la especulación;  4. Los vínculos de Leopoldo López con Álvaro Uribe  y  el paramilitarismo,  quiebra la relación con el Gobierno de Santos;  5.  El respaldo de las Fuerzas Armadas a la revolución es irrestricto;  6.  La agenda del  Plan “Salida”  no tiene ni tendrá respaldo popular,  el pueblo de Venezuela,  por tradición cultural,  aísla a los violentos;  7.  Cualquier acción violenta contra el Gobierno unifica las fuerzas Chavistas;  8.  La agenda de Leopoldo López no se corresponde con asuntos de política nacional;  9.  Las acciones de Leopoldo López buscan desplazar el liderazgo de Capriles”…

La prensa internacional ha vuelto a ser cómplice de la enésima intentona golpista.  Por una parte,  los que manejan una idea ramplona de justicia,  y reparten culpas desde la tentación de la inocencia,  son los que hablan de “los dos bandos”  o  de los “extremistas de ambos lados”,  como si fuera lo mismo estar en el Gobierno  que ser un golpista.  Por otra parte  -los más-, formando directamente parte de la estrategia golpista y acusando al Gobierno de Maduro de ilegítimo.  Ya vamos sabiendo que para la prensa europea eso de ganar las elecciones es una estupidez cuando no las ganan sus patrones  (¿ Nos acordamos de Papademos en Grecia  y  de Monti en Italia?  ¿ Y de Rajoy ?,  asumiendo que le dan lo mismo (cumplir o no) los compromisos electorales que le llevaron a la Presidencia del Gobierno ?).

Las acusaciones vertidas sobre el gobierno bolivariano apenas se sostienen cuando se conoce la realidad del país.  La derecha golpista venezolana está armada,  está vinculada con el paramilitarismo colombiano  y  siempre tiene como estrategia  sembrar la calle de muertos,  para intentar estrechar el cerco contra el gobierno.  Como ocurrió en 2002,  vuelven a conocerse conversaciones previas  en las que ya se anunciaba que las manifestaciones iban a terminar con muertos  -denunciadas por el Presidente Maduro-,  o  aparecen, como en tantas otras ocasiones,  mercenarios contratados para generar desórdenes.  Por el contrario,  otros vídeos demuestran cómo la policía bolivariana tiene un comportamiento bien diferente del que vemos en otros países,  incluido España.  Sin olvidar que uno de los tres muertos era un militante chavista (cualquier muerto, sea cual fuere su signo, merece compasión).  Pero esas informaciones no aparecen en los medios:  no sirven para criminalizar a Venezuela.

Claro que existen grupos populares en el país caribeño con capacidad de resistir un golpe de Estado  (como ocurrió en España en julio de 1936).  Ya quisiera la derecha golpista que no existieran.  Y está, además, la figura de las milicias bolivarianas.  En América Latina saben que los golpes de Estado organizados desde Estados Unidos son parte de la política del continente.  Quien quiera entrar por la fuerza en Venezuela,  va a encontrarse con mucho pueblo enfrente.  Tienen además  -y eso no lo soporta la derecha-  unas fuerzas armadas comprometidas con su misión de salvaguardar al pueblo  y  no a los latifundistas  y  a los grandes empresarios.  Tendremos que ver qué pasaría en Europa si una fuerza política como  Syriza  gana las elecciones en Grecia.  En la América del Sur han aprendido sus lecciones.  Allende no murió en vano…

En Venezuela no hay enfrentamiento entre dos bandos ni choques entre “hordas”.   Hay un Gobierno legítimo  y  una minoría que no está dispuesta a dejarle gobernar.  Claro que en Venezuela hay serios problemas económicos (¿ Recordamos que hay una crisis mundial ?),  no menos serios problemas de seguridad  (vinculados a un complejo entramado de causas,  donde no es la menor de ellas un modelo de consumo que te hace creer que si a los 15 años no tienes ya ‘todo’,  eres un perdedor)  y  problemas igualmente graves de gestión administrativa  (donde la corrupción endémica del país sigue siendo una asignatura pendiente pese a los arduos intentos del Gobierno por atajarla).  

La condición petrolera del país genera problemas estructurales contra los que aún no se ha encontrado una solución eficaz,  pero de nada ayuda la permanente espada de Damocles del golpismo,  para enfrentar los problemas pendientes.  No estaría de más que los ‘amigos del golpismo’  y  de las revoluciones de colores,  sacaran sus sucias manos de Venezuela  y  dejaran al Gobierno gobernar.  No es sencillo hacerlo cuando un gobierno poderoso (EEUU) está siempre poniendo palos en las ruedas  ( ¿Nos acordamos en España de las dificultades añadidas,  en la lucha contra la violencia de ETA,  por la actitud beligerante de Francia? ).  Sin  ‘justificaciones’ como las que brindan los violentos,  la vía electoral para que la oposición ofrezca al país su alternativa  se hace más clara,  conforme los errores del gobierno allanen el camino de sus oponentes.   ¡ Pero no en un escenario de amenaza golpista…!

En las últimas elecciones presidenciales,  y  aprovechando que Chávez ya no era el candidato,  la oposición estuvo a punto de volver al Gobierno.  La tarea de la oposición debiera centrarse en señalar las deficiencias de la gestión de Maduro e ir preparando un modelo de país alternativo que convenza a las mayorías.  Capriles lo ha entendido  y  por eso se ha desmarcado de la vía violenta.  Otros,  como Leopoldo López  o  María Corina Machado,  quieren sacar a Capriles de juego  y  ocupar su lugar con una estrategia de confrontación soñando con un escenario libio  o  sirio para Venezuela.  Porque el ruido que se hace con Venezuela siempre tiene que ver con lo mismo:  su condición de país con las mayores reservas de petróleo del mundo.  Una codiciada pieza.  Por eso fueron ayer contra Chávez  y  van hoy contra Maduro.  Que Venezuela esté en los telediarios no tiene nada que ver con la violencia.  Tiene que ver con que tienen petróleo  y  no son obedientes a los mandatos del norte.

Junto a esa lucha sempiterna internacional por controlar el petróleo venezolano,  otra parte muy importante de los disturbios que acaban de tener lugar en el país,  tiene que ver con las pugnas internas dentro de la oposición venezolana.  Sería importante que todo el país fuera consciente de que esos que quieren gobernar en Venezuela sustituyendo al chavismo no les importa que compatriotas suyos dejen la vida en los enfrentamientos. Porque para esa derecha golpista de Venezuela,  como la de otros tantos sitios,  su única patria siempre es el propio interés.  Su democracia es una pantalla.  Y  del mismo modo que celebraron el reciente golpe en Honduras  o  los constantes intentos de derribar por la fuerza a Cristina Fernández,  a Evo Morales  o  a Correa ,  su gran triunfo sería regresar a Venezuela a una oscura noche de la que,  entonces sí,  no nos hablarían los medios de comunicación.  El pueblo de Venezuela ha dado su apoyo a Maduro.  Y  la obligación de cualquier demócrata  es hacer valer su legitimidad frente a cualquier agresión golpista como la que ahora mismo está sufriendo.  Aunque la presión mediática haga difícil esa tarea.  Los enemigos de la democracia no cesan en su empeño.  Que  no  nos  venzan  por  cansancio.

El combate cuerpo a cuerpo ahora es en la mente "20 claves para entender la guerra psicológica contra Venezuela"

Los psicólogos Olivia Suárez y Fernando Giuliani advierten que se quiere sembrar incertidumbre y angustia y dibujar un país que supuestamente se cae a pedazos, a fin de que la gente esté dispuesta a lo que sea con tal de recuperar “el orden”

¿Considera que el país se está cayendo a pedazos? Cree que la culpa de todos los males se concentra en el chavismo y, particularmente, en el Gobierno Nacional? ¿Cuando oye la música que identifica las transmisiones conjuntas de radio y televisión quisiera matar a alguien? ¿Está convencida o convencido de que todo el mundo anda de malhumor porque no aguanta “la crisis”? Posiblemente usted es víctima de la guerra psicológica.
De guerra psicológica han hablado psicólogas y psicólogos bolivarianos. También, el presidente Nicolás Maduro, quien advierte que lo que hay detrás es la intención de derrocar el Gobierno constitucional y dar al traste con la Revolución. Otros sectores que saben que la mente es un campo de batalla han guardado silencio.
Los psicólogos Ovilia Suárez y Fernando Giuliani, integrantes del colectivo Psicólogos por el Socialismo, advierten que efectivamente hay una guerra psicológica contra el pueblo venezolano, que no comenzó este año pero que se agudizó a partir de la desaparición física del comandante Hugo Chávez. El blanco del presente, alertan, es el pueblo bolivariano para crear en él desánimo y desaliento, pero sin dejar de lado a la población que no acompaña el proceso socialista. El Correo del Orinoco ofrece 20 claves para entender qué sucede.

1) ¿Qué es la guerra psicológica?

R. “Una guerra psicológica no es lo mismo que una guerra militar. Pero cuando decimos guerra es porque tiene un objetivo de ataque a un blanco. Esto hay que diferenciarlo, de una vez, de lo que sería una confrontación política de alta intensidad”, explica Giuliani. “La guerra tiene como elemento exclusivo atacar a un blanco, que en este caso son muchas cosas”.
Otro elemento que la caracteriza es que está planificada; es decir, “son estrategias que tienen un objetivo y están planificadas”; hay gente detrás que desarrolla “todo un conjunto de recursos, estudiando la situación, movilizando un conjunto de recursos” hacia ese objetivo.
El psicólogo añade que esta forma de guerra apunta a la mente: “El escenario es la mente, y vamos a entender por mente muchas cosas: es la mente individual, pero también podríamos llamar la mente colectiva, las representaciones sociales, las actitudes, las relaciones sociales en todo los imaginarios, las emociones, los pensamientos”.
El analista sostiene que hay evidencias muy claras de la guerra psicológica en Venezuela; por ejemplo, “es evidente un manejo planificado del rumor, planificado. Es evidente un manejo planificado de un tipo de información claramente apuntando hacia objetivos muy concretos”.
Los medios de comunicación “son instrumentos evidentes de esto”, y basta la revisión de titulares de periódicos y de programas de televisión para ver “que empiezan a aparecer patrones”. Todos dicen lo mismo, con un objetivo fundamental: “generar inseguridad psíquica; generar incertidumbre, generar estados de alerta que no se corresponden con la realidad”. El psicólogo pone el ejemplo de la influenza AH1N1: “hubo, por lo menos, tres semanas en las que permanentemente los grandes titulares de los periódicos tradicionales hablaban de eso; siempre hablaban de eso. La radio hablaba de eso y la televisión hablaba de eso. El desabastecimiento: todos los días se comienza a hablar del desabastecimiento”.

2) ¿En qué se diferencia un hecho real de la guerra psicológica?

R. Hay características muy concretas, refiere Giuliani. Quienes dibujan un país en ruinas “nunca terminan de decidir, de demostrar fehacientemente lo que ellos están diciendo”. Retoma el ejemplo de la influenza AH1N1, porque se presentó ante el país como si hubiese sido una epidemia terrible pero poco se informó acerca de las acciones del Gobierno para atacarla.
“Los medios subrayan y destacan lo negativo, lo peor que puede ocurrir. La duda es siempre hacia lo peor. Y siempre te generan la sensación que no se está haciendo nada al respecto y de que la cosa se va a poner peor”. Son “medias verdades”, que se basan en cosas “que efectivamente pasan”, como la corrupción y la inseguridad.

3) ¿Cuál es el rol de rumor en esta estrategia?

R. Ovilia Suárez agrega que el instrumento perfecto para la difusión de estas supuestas informaciones es el rumor. “Y el rumor siempre parte de una acción, de un cuento, de una referencia que es real. Es real entre comillas; es decir, parte de un referencial que te permite creer que es real, bien sea porque tu lo viviste o porque tu vecina lo acaba de ver, o porque tu cuñado estaba allí cuando pasó. Siempre te lo van a contar como que si algo de tu realidad estuvo presente. Es decir, no es que me lo dijo cualquiera; es que estaba allí mi amigo, mi tío, mi sobrino”.
Al ser “creíble” cualquiera lo transmite, porque “partes de la buena fe, partes de que es algo que está pasando. ¿Qué ocurre con el rumor actualmente? Que están todos los medios y redes sociales que lo transmiten masiva e inmediatamente”.
Es decir, “ya no es un rumor que me dijo Fernando, sino que pasó por Twitter a 2 millones de personas simultáneamente”.

4) ¿Qué hacen los medios de comunicación?

R. Los medios, subraya Suárez, “son los nuevos ejércitos de su nueva guerra. Es decir, ya no son hombres que van a combatir cuerpo a cuerpo, hombre con hombre, mujer con mujer; no van a utilizar ni aviones ni tanques ni ametralladoras. Utilizan los medios de comunicación, las telecomunicaciones, las redes sociales como parte de una planificación. “Son grupos que lanzan rumores y grupos que crean situaciones, que refuerzan la posibilidad de que sea veraz”, acota. “Vas a ver siempre, entonces, en un supermercado, en un banco, en el Metro, en un carrito por puesto, gente que comienza a contarte una historia que puede ser fuera del contexto, especialmente sobre algo emocional”.
A ambos psicólogos les parece que no es producto del azar que haya grupos que, en diversas zonas del país, hablen sobre los mismos temas. “Llama la atención la similitud de los cuentos en diferentes escenarios”, así como también “cómo se argumenta, cómo se empieza por una cosa y se termina en el punto álgido del momento; en el caso de los supermercados, en no encontrar una cosa”, señala Giuliani. Hay otros sectores que, sin saberlo, se convierten en cómplices de eso. “Y siempre hay alguien grabando lo que pasa allí, que sale en Youtube o en Internet; es decir, son situaciones que van a reforzar principalmente la emocionalidad que está sembrándose dentro de la guerra psicológica”.
El modelo comunicacional con el que se trabaja es el de la incertidumbre, sentencia Suárez. “Es decir, tiran una noticia y no importa si es verdad o mentira. Tampoco importa quién la lanzó, porque lo importante es que te genera dudas, y la duda está asociada con que no sabes qué va a pasar”.

5) ¿Qué se busca?

R. Esa incertidumbre que generan “destapa otras emociones como la angustia, como el miedo, como el pánico, como la rabia”, enumera Suárez. Son sentimientos negativos “que por un lado son más difíciles de eliminar, de combatir, y que por otro son de mucha mayor fuerza que los positivos. Entonces, al crear sentimientos negativos de tal intensidad, la gente está en un momento a punto de la desesperación o desesperada”.
Al llevar a la población a ese estado “la gente está dispuesta a buscar cualquier cosa que le permita salir de la situación”, lo que lleva a las personas a la confrontación y a emprender cualquier acción -violenta inclusive- para salir del “gran caos”.
La psicóloga agrega que ese casos tiene algo de cierto en lo individual, porque “emocionalmente estás desestructurado”, pero en la vida social no es cierta esa desestructuración.

6) ¿Se acentuó la guerra con la muerte del comandante Hugo Chávez?

R. “Totalmente”, responde Giuliani. No obstante, el experto remite a la campaña contra el comandante Hugo Chávez, que comenzó mucho antes de que asumiera la Primera Magistratura. Muestra de ello es el audio trucado en el que supuestamente el Comandante amenazaba con freírles las cabezas a los adecos, difundido en 1988, que posteriormente se descubrió que era un montaje. El psicólogo identifica la persistencia de los grupos de poder en mantener “esa desinformación permanente”, y estima que eso “hizo su trabajo”. Alimentó, además, “el temor ancestral que se le tuvo aquí a la izquierda toda la vida, aquí y en toda Latinoamérica”. Los sentimientos que se atizan “no te predisponen al encuentro ni al diálogo”.
El psicólogo aclara que es sano sentir miedo, pero alerta que, cuando te lo manipulan de manera prolongada, hay un gran peligro. “¿Por qué son peligrosos? Porque son sentimientos y pensamientos que tienen un alto contenido irracional. No es porque sea producto de un loco; lo que pasa es que nosotros tenemos miedos, y los miedos no son tan fáciles de identificar. Le tenemos miedo a cosas difusas, ante lo cual el razonamiento sereno, ponderado, tiene que actuar durante mucho tiempo para poder contrarrestar”, reflexionó.
Uno de los problemas que identifica es que buena parte de la población no cree que esto existe, y mucho menos, que hay gente organizada para preparar esas condiciones.

7) ¿Cuáles son los blancos de la guerra?

R. El blanco primordial, en este momento, es el chavismo, alerta Giuliani. “La muerte del comandante Chávez le abrió a la vanguardia de esa oposición derechista, más todos sus grupos aliados, la oportunidad de dividir el chavismo”. ¿Qué hace la guerra psicológica contra el chavismo? “Genera inseguridad. Inseguridad ¿respecto a qué? De la intencionalidad de los distintos líderes, sobre todo del presidente Maduro; el sentido de la unión que tiene el proyecto chavista, el temor de que muerto Chávez esto se acabó, porque ese fue el discurso que siempre tenían los opositores”.
Para ello “se están apoyando en una cosa que es verdad, que es el impacto psicológico y afectivo fuerte que ocasionó la muerte del Comandante” y el duelo posterior. La pregunta lógica de cómo darle continuidad a la Revolución “te abre una vulnerabilidad que te hace pensar en cosas que seguramente tu no hubieras pensado”.

–¿Por ejemplo?

–La guerra psicológica te hace pensar en que esto puede terminarse, te hace pensar en si podrá Maduro con la Presidencia de la República. Por ejemplo, te puede llevar a preguntarte: “¿Él sabrá gobernar como gobernaba mi Presidente Chávez? ¿Él sabrá lidiar con los problemas que tiene el país?”.

8) ¿Es solamente el pueblo chavista el objetivo?

“El blanco fundamental es el chavismo, pero no el único. Y ¿qué quieren generar ahí? Es la división a partir del temor, a partir de la inseguridad desde el punto de vista mental. Pero sigue siendo un blanco importante el resto de la gente que no apoya el proyecto bolivariano”, puntualiza Giuliani.
Hacia el sector que no comparte la Revolución la estrategia se dirige a intentar cohesionar a la gente en torno a lo mismo: Hacerle creer que el chavismo “es lo peor que le ha pasado al país, que es lo más corrupto, que son ineptos, que es una gente inescrupulosa y capaz de hacer absolutamente cualquier cosa”. Tal como lo subraya Giuliani, “están realmente y lamentablemente convencidos de que efectivamente esto no sirve absolutamente para nada; estos rumores y el discurso persistente siempre apuntan “a lo inepto que es el chavismo; lo inescrupuloso que es el chavismo, lo corrupto que es el chavismo, y cuando digo chavismo esta guerra psicológica lo plantea de manera tal que no hay excepciones”.
A estos sectores les cierran la posibilidad de pensar que hay gente honesta y capaz en el chavismo, y que el Gobierno está haciendo algo bueno, sentencia el psicólogo. “Y, ¿cómo lo logran? Primero, por la persistencia, porque han mantenido 14 años ese discurso; y segundo, por el bombardeo permanente, que no te da oportunidad de reflexionar”.

9) ¿Cuáles son los sectores más vulnerables?

R. En estos momentos “los ataques van a todas las poblaciones, con distintos tipos de municiones y mensajes”, expresa Suárez.
Con las y los jóvenes se insiste en que no tienen futuro, que deben irse del país. “Hay una matriz sistemática, que es la de la fuga de cerebros para que la juventud sienta que estudie lo que estudie no tiene esperanza ni futuro en Venezuela”, comenta. Eso no solo afecta a las y los jóvenes, sino a las familias, porque entran en juego el desarraigo y los vínculos emocionales, así como el temor “de que esos vínculos se rompan”.
Con las mujeres se quiere sembrar la idea de que no pueden garantizar la alimentación de su hogar, que no son libres de comprar lo que quieren. “Tiene que ver con el rol de las amas de casa que no consiguen, que no pueden sustentarse; que no pueden tener la libertad de hacer lo que realmente quieren hacer”.
Con las adultas y los adultos mayores la estrategia es crear el pánico de que pueden morir, por ejemplo, porque no van a tener sus medicinas a tiempo en los próximos meses.
“Están manejando los temores más importantes de cada uno de los sectores”, manifiesta. “En las adultas y los adultos mayores es el riesgo a morir; en los jóvenes, el riesgo al futuro; en la ama de casa, el no tener el control ni la posibilidad de dar, de compartir, de pertenecer, de agrupar, de tener lo que tienes que tener”. La fractura de la convivencia familiar, en consecuencia, afecta a las niñas y a los niños.

10) ¿La historia acerca de la partida de nacimiento del presidente Maduro forma parte de esto?

R. La historia acerca de la partida de nacimiento del Jefe del Estado es un buen ejemplo, apunta Giuliani. “Dicen que el Presidente es colombiano, pero no tienen cómo demostrarlo. ¿Qué quieren generar con eso? En la población en general ellos quieren generar la duda. Si lo analizas fríamente eso no resiste el menor análisis, porque cuando el Presidente fue a inscribir su candidatura al Consejo Nacional Electoral él tuvo que llevar su partida de nacimiento. Pero eso no hay tiempo de reflexionarlo porque la gente recibe esa información, y el cerebro y los dispositivos sociales tienen una particularidad: tienden a completar la información que no está completa. Todos lo hacemos”.
El analista recurre al cuento del teléfono para ejemplificar lo que sucede: cómo, del cuento de una vecina que supuestamente llegó tarde a su apartamento, se llega a la historia de la vecina que estaba con otro hombre y tuvo un lío en la entrada de su vivienda. “Como persona lo empiezo a completar, pero siempre lo completo en la vía donde tuvo el origen; si el rumor viene con algo negativo, yo lo vuelvo cada vez más negativo. Y luego, se le suma, a la naturaleza del cerebro, una particularidad que tienen los circuitos sociales, que le llamamos la ‘presión a la inferencia’; tu estás en una cola y a lo mejor no tienes ganas de hablar, pero si la gente empieza a hablar, entonces hablas y también le agregas; luego vas a un bautizo, y todo el mundo empezó a hablar y dice que hay un problema con el abastecimiento, y que dos mujeres se pelearon por una harina de maíz”.
El rumor, reporta, “empieza a tener vida propia”, aunque carezca de fundamentos. El 14 de abril, al término de las elecciones presidenciales, el candidato opositor, Henrique Capriles, dijo tener otros números, recuerda Giuliani. “Más nunca se volvió a hablar de eso, pero decir algo así tuvo un gran poder, porque fue hablarle a un pueblo crispado que venía además con la idea de que el CNE no servía”. Poco importa si Capriles tiene o no cómo probar lo que dijo; echó a correr la idea y nunca lo desmintió.

11) ¿Los rumores son sometidos a la prueba de la realidad?

R. No. “Nunca estos medios, estos voceros y estos rumores son sometidos a la prueba de la realidad”, que es la contrastación entre lo que se dice y lo que sucede en los hechos, lamenta Giuliani. Precisa también que no es solo una guerra “muy bien planificada”, sino “una franca manipulación y una mentira burda”. Así “es muy fácil si yo digo: ‘yo tengo otros resultados’, como hizo Capriles, cuando realmente no los tengo. Y total, nadie me va a pedir cuentas de eso, y yo ya lo dije”.
El caldo de cultivo se va preparando desde meses y años antes. “Si lo siembras hoy y empiezas hoy nadie te lo va a creer, pero dentro de un año de preparación sistemática del terreno vas a creer cualquier cosa”, dictamina Suárez.

12) ¿Qué se busca crear contra el Mandatario Nacional?

R. Los responsables de esa guerra psicológica “no solamente tienen que dividir o hacer creer que hay divisiones internas en el chavismo, sino bajar la credibilidad en el liderazgo de la Revolución” y en el propio proceso, analiza Suárez. Por ello al presidente Maduro lo intentan presentar como “mentiroso”, para que la gente no crea en lo que él plantea. “Todo aquello que apunta a que lo que diga el Presidente es mentira, lo van a hacer psicológicamente”. Hay estrategias para ello, añade: por ejemplo, tal vez no se dice nada sobre la inseguridad, pero si el Jefe del Estado habla hoy sobre el tema, mañana “los medios de comunicación reseñan los actos más violentos, más horrendos y más espantosos que te puedas imaginar”.
Una cosa es la realidad, y otra es la percepción de la realidad, argumentan

–¿Cuál es la percepción en este momento, en este contexto?

-Cuando tu vas hacia la percepción de la realidad es para crear, justamente, la ilusión del caos; la certeza de que hay un caos.

-¿Cuál es la percepción del país en este momento? ¿Caótica?

-Caótica. Es decir, aquí ahorita -según esa percepción- hay desabastecimiento, hay ineficiencia, hay descontrol. Y todo aquello que te genere el descontrol lo van a estimular.

–¿Hay una destrucción planificada de la imagen del Presidente?

-Claro.
La hubo, abiertamente, contra Chávez, describen los psicólogos. Al líder bolivariano lo sometieron a la muerte moral y han usado su imagen para cualquier manipulación; prueba de ello es la grabación que circuló hace algunas semanas con una falsificación de su voz.
Ahora, los que están detrás de la guerra psicológica toman lo que dice el Mandatario para descalificarlo inmediatamente. Por ejemplo, “si crea Corpomiranda para poder paliar todos los problemas de Miranda, al día siguiente hay un titular: ‘Eso va a ser la misma ineficiencia, la misma burocracia, un medio de corrupción’. Es una reacción inmediata para que la gente asuma que lo que haga el Presidente siempre será un fracaso”.
El denostar del líder permanentemente pretende, también, que el pueblo chavista no se aglutine en torno a su liderazgo; es por ello que se le atribuye todo lo malo.

13) ¿Qué rol cumple el uso de símbolos del chavismo por parte del antichavismo?

R. Uno de los objetivos es aumentar la confusión, enfatizan los psicólogos. Se quiere hacer creer que, ante la supuesta incertidumbre del chavismo, existe la certeza de que la oposición tiene algo mejor que ofrecer.
También, con el robo de algunos símbolos, como la gorra tricolor, “están queriendo robar o queriéndose apropiar de concepciones” que unieron a las grandes mayorías, como la patria, la independencia, los valores, la cultura. “Cuando esos sectores se empiezan a apropiar o quieren apropiarse de algunas cosas, vuelven a desunir”. Los que dirigen la guerra “juegan mucho con el marketing que apunta al descrédito, a la descalificación de los líderes bolivarianos, y por otro lado al posicionamiento de los liderazgos del antichavismo”.
De acuerdo con Giuliani, “han jugado a apropiarse de algunos conceptos del bolivarianismo, del chavismo, del socialismo, de la izquierda, para ir atrapando y confundiendo a algunos sectores”.

–¿A sectores dentro del chavismo, ¿no?

-Sectores dentro del chavismo, sectores que son indecisos.

14) ¿En qué se hace evidente el caos que intentan sembrar en la mente de la gente?

R. “En el tipo de conversación que la gente sostiene; en las conversaciones cotidianas entre las personas”, revela Giuliani. “Las conversaciones están plagadas de este tipo de problemas que van junto con interpretaciones. Es decir, la gente no solamente dice: ‘tenemos problemas de desabastecimiento’, sino ‘tenemos problemas de desabastecimiento porque tal y tal y tal. Ahí lo ves, evidentemente”.
El psicólogo explica que, además, esto va acompañado de verbalizaciones irracionales, sin un análisis certero de lo que las personas viven realmente. Otro ejemplo: “Vas todos los días a cualquier lugar y te atienden con cariño, pero un día te atendió una persona mal en uno de esos espacios y la cosa se convierte en que ‘todo el mundo está angustiado, todo el mundo tiene rabia’, aunque no sea cierto”.
Se fundamenta, también, en “la visión muy parcelada que tuvo por mucho tiempo la gente de clase media, que se ha negado sistemáticamente a reconocer que hay otros espacios del país y siente que el mundo puede estar muy circunscrito” a su entorno; en ese entorno no caben las personas que piensen diferente.
El psicólogo, en su análisis, no deja de lado los prejuicios. “Si eres una persona que siempre has pensado que los pobres son indolentes, que los pobres son indisciplinados, que los pobres hay que arrearlos, que a los pobres cualquiera los encanta porque no les da la cabeza”, y la matriz de opinión contra la Revolución sostiene que Chávez es “un encantador de serpientes”, seguramente lo vas a creer. “En tu cabeza, en consecuencia, no cabe el concepto de un pueblo organizado”.

15) ¿Cuáles son las armas que utiliza la guerra psicológica?

R. Giuliani cita un modelo en psicología social, “que tiene que ver con la influencia social” y que remarca “lo que debes hacer para influir cuando tienes una opción que no es la mayoritaria”. Cita varios elementos: “Tienes que ser insistente y persistente; tienes que estar todo el tiempo diciendo lo mismo; tienes que ser consistente con lo que dices y tienes que ser resistente frente a la prueba de la realidad; es decir, si te emplazan a que des prueba de eso, descaradamente cambias el tema y sigues hablando. Eso se llama la resistencia psicológica, o lo que en términos coloquiales alguien definiría como “un tipo muy descarado”.
¿Cuál es el efecto que causa? “Esas tres cosas combinadas te abren una brecha de dudas” por las que puede penetrar todo lo demás, alerta.
Este modelo no es malo per se. El psicólogo señala que se puede usar para cambiar la visión de la población sobre el trasplante de órganos, por ejemplo, a fin de aumentar la donación y ayudar a salvar vidas.

16) ¿En qué momento la guerra psicológica se convierte en una guerra física?

R. La vanguardia del antichavismo pretende que así sea, advierte Fernando Giuliani, quien cita lo ocurrido el 11 de abril de 2002 en Puente Llaguno, con una masacre montada para intentar justificar el golpe de Estado contra el comandante Hugo Chávez, y suma la marcha convocada por el antichavismo para el 17 de abril de este año al Consejo Nacional Electoral. Esa movilización, prohibida por el Mandatario Nacional, pudo haber concluido en un enfrentamiento de pueblo contra pueblo: “Lo que se estaba buscando ahí es que se produjera una confrontación”, pero afortunadamente el Jefe del Estado impidió que la protesta se efectuara.
“Basta con que haya una confrontación aquí” para promover la ocupación del país por parte de fuerzas externas, argumenta. Recuerda lo sucedido en Chile en 1973, cuando la dirigencia de la Fuerza Armada decidió dar un golpe de Estado contra el Gobierno constitucional para poner fin al supuesto caos creado por la derecha. “En Chile generaron una necesidad de cambio” que quieren replicar en Venezuela, remarcó.

17) ¿Cuál es el objetivo final de la guerra psicológica?

R. Sembrar en la población la “necesidad del cambio”, y que la mayoría de las personas piensen que cualquier cosa es mejor que “el desorden” en el que supuestamente viven. De allí al derrocamiento del Gobierno Nacional habría un paso, según lo piensan sus promotores.
Se espera “volver a una normalidad que no es real: es la normalidad de los valores de la burguesía, es la normalidad de los valores y la naturalidad del sistema capitalista o del imperialista”, acusa Suárez.

18) ¿La guerra psicológica es infalible?

R. No, responde Giuliani. Hay mucha gente, especialmente en el chavismo, que “poco a poco va recuperando una capacidad de lectura crítica, y eso no hay que subestimarlo”, porque la guerra psicológica “no es infalible”.
El psicólogo rememora que entre 2001 y 2002 el pueblo fue sometido a una gran presión por parte de estos sectores, que incluyó la resurrección de la operación Peter Pan (el “régimen” se apropiaría de hijas e hijos y las familias debían sacarlos al exterior). Suárez apunta que en algunas zonas de Caracas se llegó al punto -entre los años 2002 y 2005- de tener aceite caliente para lanzarlo contra “los chavistas”, así como hielo listo en la congeladora con el mismo fin. “La crisis fue muy fuerte desde el punto de vista emocional y el pueblo resistió con una lectura crítica, y claro, teniendo claro hacia dónde iba”.
Por ello, “si hay un pueblo que ha dado ejemplo en el mundo de resistencia frente a la guerra psicológica y los medios es el venezolano”, reivindica Giuliani, porque cuando Chávez nació como candidato no tuvo prensa a su favor: “Fue sometido a la campaña más loca y feroz que hubo en la historia de nuestras elecciones, y ganó”.

19) ¿Cuál es el antídoto contra la guerra psicológica?

R. La conciencia política del pueblo ha crecido mucho, aseveran los expertos. “Ha habido una historia muy reciente y muy cercana, con unos criterios de identificación plena con un líder” que permite poner en duda lo que sostienen los medios de comunicación y la campaña de la derecha.
No obstante, afirmó Suárez, la vulnerabilidad aumenta cuando la población no tiene, si cabe el término, las “antenas” preparadas para captar que hay algo irregular, como sucede con las historias de las telenovelas. “En la novela no te van a manejar noticias directas, sino símbolos imaginarios. Es decir, si en todas las novelas o en todas las series que nosotros vemos comienza a manejarse el miedo, comienza a manejarse la incertidumbre, la desesperación, la injusticia, te quedas con esa emoción” que conectas cuando vas a un supermercado y falta la leche, describe.

20) ¿Cómo pueden las personas protegerse de la guerra psicológica?

R. “La herramienta primordial para las personas protegerse es la organización”, responden al unísono. Ello implica, entre otras acciones, “la creación de las brigadas antirumores, que te permitan constatar la veracidad de la información”, proponen.
El Estado debe garantizar información veraz de manera sistemática, destacan, porque de lo contrario se imponen las mentiras. En este sentido también consideran importante sancionar a quienes hayan generado caos con las supuestas “informaciones”.
Para Giuliani y Suárez es fundamental que haya “una altísima cohesión dentro de todo el pueblo chavista organizado, porque ese es el blanco primordial al que están apuntando”. Ambos insisten en que cada quien puede continuar con su pensamiento e ideología si así lo estima pertinente, pero remarcan que no por ser de oposición se debe perder el sentido crítico ante la realidad.
T/ Vanessa Davies
F/ Héctor Lozano
I/ Vargas