Quien
más gana con esa reunión es Nicolás Maduro. Es él quien la convoca y,
pese a que su invitación fue ruda, radical y chantajista, el desarrollo
del encuentro, en cambio, fue moderado, amplio y bien manejado, con lo
que se “humanizó” frente a la oposición y el país. Su trato cordial y
respetuoso con el adversario contrastó con su discurso previo, pero
siendo tan distinto cubre mucho el pasado y genera expectativas positivas
a futuro.
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1. ¿Cómo entra dentro de las dinámicas
políticas nacionales el encuentro sostenido ayer entre el Ejecutivo
Nacional y los alcaldes? ¿Qué suma? ¿Qué resta?
Lo primero que quisiera resaltar es que, más
allá de las formas o intenciones que puedan tener las partes, siempre es
positivo un encuentro entre actores que representan visiones distintas del
país. Sentarse a dialogar es siempre una oportunidad para lograr algunos
puntos de encuentro, incluso cuando el resultado final no es el esperado.
En el caso particular de la reunión de Nicolás
Maduro con los alcaldes, se abre una nueva oportunidad de encuentros, una
vez pasado el calor de una campaña en la que el gobierno había radicalizado
su posición política y económica, bajo la tesis cierta de que la polarización
le favorece electoralmente.
Pero el futuro pinta complejo, en medio de una
crisis económica severa que se puede maquillar con populismo a corto plazo,
pero que seguirá ahí, vivita y coleando, cuando pase el impacto inicial de
El Dakazo.
Para el gobierno se hace indispensable buscar
algunos acuerdos para enfrentar la crisis con políticas más serias y buscar
la integración luce como una necesidad inminente. Pero también el hecho de
partir el momento en un antes y un después de ese encuentro puede
convertirse en una opción para justificar decisiones diferentes, unas que
se puedan explicar como resultantes de ese encuentro, como producto del
sacrificio que ponen en la mesa para lograr un diálogo con todo el país.
Quien más gana con esa reunión es Nicolás
Maduro. Es él quien la convoca y, pese a que su invitación fue ruda,
radical y chantajista, el desarrollo del encuentro, en cambio, fue
moderado, amplio y bien manejado, con lo que se “humanizó” frente a la
oposición y el país. Su trato cordial y respetuoso con el adversario
contrastó con su discurso previo, pero siendo tan distinto cubre mucho el
pasado y genera expectativas positivas a futuro.
Los discursos de la oposición le dieron
oportunidad y tiempo para lucir una nueva posición conciliadora y atenta
que, si bien no necesariamente se convertirá en acción, le dio sentido a la
reunión. Maduro se legitima legitimando a sus adversarios electos, algo que
combinado con su triunfo electoral es sin duda muy potente para él, interna
y externamente.
No fue una jugada fácil para la oposición estar
ahí, pues es obvio que Maduro ganaba más que ella. Pero no estar era peor.
Estando se le permitió visibilidad nacional a muchos de sus planteamientos
centrales, como el del rechazo a los gobiernos paralelos, el tema de los
recursos, el trato inadecuado y radical al adversario por parte del
gobierno, el abuso de poder el entubamiento del “Plan de la Patria” frente
a una parte de la población que no lo comparte y el llamado a liberar a los
presos políticos.
Todos fueron tomados por Nicolás Maduro y
analizados abiertamente, los que veía lógicos y los que no. No está claro
si era sólo un show mediático o sinceramente intentará dar soluciones a
ellos, pero el país completo los vio y los oyó. Sólo eso justificaba estar.
2. ¿Cuál debería ser el próximo paso dentro de
estos acercamientos entre las instancias nacionales y las autoridades
municipales recién electas? ¿Qué pasa ahora? Pues que la oposición debe
hacerle seguimiento a la oferta de diálogo y vigilar que se convierta en
acciones positivas. Debe atender que sus posiciones, un tanto desarticuladas
en la reunión, homogenizándose y demostrando permanentemente que la falta
de acuerdos no es una responsabilidad de la oposición.
Vendrá también, lo quieran o no, una etapa de
reflexión interna en la oposición, de retos a su liderazgo, del trabajo más
partidista que grupal y de fortalecer sus instituciones para demostrar
capacidad de gobierno y representación de las diferentes fuerzas que la
componen. Así como también vendrán los contrastes en las tendencias de
pensamiento radical versus la moderada, que divide tanto a los chavistas
como a los opositores.
En el caso de Maduro, le toca validar una
acción de gobierno que se mueva un poco más a la moderación que al extremo
radical que le piden sus extremistas (y que les funciona electoralmente).
La gran pregunta es si esto será sólo la típica estrategia, empleada por el
propio Chávez, de calentar, enfriar y volver a calentar para distraer a la
opinión pública; o si lo que vimos era una oferta sincera para negociar y
para validar lo que sin duda serán medidas muy difíciles para atender la
crisis económica que, una vez pasada la borrachera política, sigue ahí
quitándole el sueño a Maduro… y a todos los venezolanos.
Amanecerá y veremos. Fuente: http://prodavinci.com/2013/12/20/actualidad/luis-vicente-leon-sobre-la-reunion-entre-el-ejecutivo-nacional-y-los-alcades/Colaboración especial para LatinPress®. LPs.
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