¿ Cómo explicar que Cuba, pequeño país por su tamaño y su población (11 millones de habitantes) se encuentre regularmente en las primeras planas de la actualidad ? Ningún país de la región ha tenido en los últimos cincuenta años una cobertura mediática tan densa. Los países de América Central, los del Caribe, no han tenido derecho al mismo derrame de odio infligido a la Revolución Cubana. En realidad, el odio de los “grandes” medios occidentales, financiados y dirigidos por el dinero del negocio y de las armas apunta, como lo escribe el famoso escritor uruguayo, Eduardo Galeano, en el prefacio al más reciente libro de Salim Lamrani, a “un raro país que no compite en la Copa Mundial del Felpudo”; “Una revolución, crecida en el castigo, ES lo que pudo ser y no lo que quiso ser”, o Cuba “ha generado la sociedad latinoamericana menos injusta” del continente.
En su libro “Cuba. Los medios frente al reto de la imparcialidad”, Salim Lamrani se apoya en el diario español ‘El País’ para “estudiar la manera en que la prensa presenta a la gran isla del Caribe, a la opinión pública”. El autor toma voluntariamente el ejemplo de ‘El País’ como símbolo de lo que escriben en el mismo molde diarios como ‘Le Monde’ y muchos otros. Salim Lamrani, doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de La Universidad de París Sorbonne-Paris IV, es un especialista en Cuba. No de los pasillos de las cocinas malolientes, sino de las cifras buscadas en la fuente, de las investigaciones no sacadas de las fosas comunes de Miami sino en Cuba, del contacto directo con la población.
Contrariamente a los “especialistas” bien instalados en sus sofás parisinos y madrileños, puede hablar de la vida cotidiana, de las políticas de educación y de salud, de la protección de la infancia, de un sector biotecnológico de vanguardia que hace palidecer de envidia a los grandes servicios de investigación de todo el mundo, del internacionalismo cubano y de la formación de miles de médicos latinos, de la protección del entorno, de los derechos humanos, de los resultados de las nuevas orientaciones económicas recientemente adoptadas.
Con Salim Lamrani no tendrán un discurso cautivador sobre Cuba, sino más bien un documento cifrado, fechado, explicado. En una palabra: un libro de referencia.
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