lunes, 23 de mayo de 2011

CUENTA RECESIVA PARA LA GUERRA MUNDIAL

Luis Britto García

10
Las reservas mundiales de hidrocarburos se agotarán en poco más de
media centuria; el país o pandilla de países que saqueen la energía
fósil  dominarán durante ese medio siglo.
09
Estados Unidos declara en su plan New American Century que no
renunciará a su hegemonía ni a la disposición de los recursos del
mundo al costo que sea; la nación o pandilla de naciones que
monopolicen la energía fósil dejará al resto del mundo sin ella.
08
Si Estados Unidos y dos o tres títeres europeos pillan todos los
hidrocarburos,  ello implicará  para China, Rusia, India, Brasil y los
demás países emergentes la muerte como potencias y como países;
algunos de éstos no necesariamente se resignarán a perecer de
inanición: Rusia, China, India y Corea tienen cabezas nucleares y
otros las están fabricando.
07
Las guerras para el monopolio global del petróleo arrancaron hace dos
décadas;  secundariamente, persiguen quebrar el espinazo a la OPEP
mediante una posible sobreventa  en el mercado mundial para impulsar
una temporal caída de los precios que desestabilizaría los gobiernos
del cartel y los forzaría a privatizar yacimientos e industrias.
06
Dicha sobreventa transitoria disminuiría los ingresos de los grandes
monopolios petroleros capitalistas un año pero les daría el control
del mundo durante el medio siglo que tardarán en acabar con el planeta
aplicando  su único plan de sobreexplotación saqueadora y derroche
ilimitado.
05
En vano esperarán después la entrega de su parte los países emergentes
que con su complicidad, inacción u omisión del veto en el Consejo de
Seguridad  consientan en este pillaje. La conducta  recompensada
tiende a repetirse: las guerras de latrocinio de petróleo  no pararán
hasta el conflicto final.
04
Las guerras mundiales comienzan porque no se detiene a tiempo las
locales: cuando Hitler anexó Austria e invadió Checoeslovaquia, en
lugar de detenerlo se le legitimaron sus conquistas con el Pacto de
Munich. Las guerras, como los incendios, deben atajarse al comienzo,
sin lo cual se vuelven inmanejables. La cobarde capitulación de Munich
fue  el prólogo de la agresión a Polonia y  la hecatombe total.
03
Una Guerra Mundial se cierne sobre el planeta. Libia es el Munich de
la venidera conflagración global. No olvidemos que el objetivo
fundamental de Hitler era el oro negro del Bakú, y que la Guerra del
Pacífico estalló porque Estados Unidos le impuso un embargo petrolero
a Japón. Setenta años han pasado y la estrategia de las potencias gira
más que nunca en torno a los hidrocarburos. En Libia no se debate  una
cuestión de hegemonía sino de supervivencia planetaria. Unos 320
millones de estadounidenses no pueden usurpar por la fuerza los
recursos del mundo y privar de ellos a más de 7.000 millones de
habitantes del globo. Éstos tampoco pueden consentir la prolongación
de un modelo de uso predatorio de los recursos que llevará a su
colapso la civilización.
02
Las guerras locales de saqueo por el petróleo no pueden ser evitadas
congraciándose con los agresores, aceptando  paquetes neoliberales,
abriéndose  a las inversiones ni entregando revolucionarios. A las
guerras mundiales se las conjura deteniendo las guerras locales, y
éstas se evitan venciendo en las guerras parciales internas.
                                              01
Cada conflicto de  saqueo por el petróleo estalla tras una guerra
parcial de satanización mediática de la víctima. Arranca con otra
guerra parcial de patrañas noticiosas y judiciales de terrorismo o
protección a los terroristas, narcotráfico y violación de los Derechos
Humanos. Revienta con la guerra parcial de la  invención de
conflictos étnicos o regionales a los cuales se pueda dar visos
separatistas. Se desencadena con la injerencia disimulada o abierta de
países vecinos que invaden o prestan su territorio a invasores. Sólo
la solidaridad internacional de las futuras víctimas y la victoria en
estas guerras parciales internas puede conjurar las guerras locales de
saqueo y su culminación en la Guerra Final.  O resistimos unidos, o
perecemos aislados.
00
Dios nos agarre confesados.

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