Llega un tiempo cuando la miseria humana nos adormece, parece que nada nos asombra. En el caso de nuestra sociedad enferma de división y de revancha la polarización lleva a extremos impensables. El siguiente caso lo viví de primera mano con un miembro de mi familia esta semana.
La esposa de un sobrino necesitaba colocarse lo que se conoce comúnmente como “vacuna anti Rh” y debía hacerlo con premura por indicación médica.
El producto comercial que normalmente se utilizaba se llama RhoGAM® y por supuesto es importado. Hace unos seis meses que no se consigue en el mercado, las razones no hay que explicarlas, CADIVI, mercado paralelo, en fin…
No todo está perdido sin embargo. Quimbiotec es una empresa sin fines de lucro creada en el IVIC durante la vapuleada cuarta república que comercializa derivados sanguíneos para usos médicos y de investigación. Ellos producen una inmunoglobulina G, anti D que es exactamente lo que es el RhoGAM®.
Hasta aquí todo bien. Al tratar de adquirir la mencionada Inmunoglobulina, nos enteramos del estado actual de las cosas:
· El producto no se vende a clínicas particulares por orden superior
· Es necesario que el medicamento sea suministrado por un servicio médico del estado.
· Si usted llama a la Maternidad Concepción Palacios proveniente de una consulta Privada le dirán que la demanda es muy alta y si tiene suerte le darán una cita para unos meses después de que haya parido.
¿Qué hacer? ¿Tomar un avión a Aruba, Bogotá o Miami y colocarse la primera dosis? Todo esto porque el resentimiento social y el revanchismo impiden que el manoseado slogan gobiernero “Ahora Venezuela es de todos” sea realidad.
Vale la pena preguntarse si esta actitud no califica como “Crímen de Lesa Humanidad” en virtud de ser una discriminación por razones políticas, sistemática sobre una porción de la población. Si mal no recuerdo esto es muy parecido a lo descrito en el “Estatuto de Roma”
¿Estará consciente de esta práctica la Ministro de Sanidad?
Igualmente vale la pena documentar este caso para el momento cuando los abusadores y criminales tengan que rendir cuentas ante la justicia humana, algunos de ellos ya han sufrido la Divina.
Carlos A. Marchiani
C.I. 3.839.275
Nota: Autorizo su reproducción total o parcial incluyendo mi nombre y Nº de Cédula.
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