Pongamos que la dirigencia de oposición obtiene todo lo que los indicios
dicen que pretende: poder absoluto, porque en una Operación Yakarta
extirparían el chavismo entero mediante el exterminio de un número de
personas que podría llegar a millones. Lo hicieron en Indonesia, cuya
capital es Yakarta, en 1965, cuando extinguieron entre medio millón y un
millón de ñángaras. Con apoyo de los Estados Unidos, claro.
Ponen a su fantoche (les sobran), montan varias mojigangas cual la
Carmonada, arman su Consejo de Gobierno… O no. ¿El Imperio va a hacer
todo eso para sus monigotes? No sé, en Medio Oriente no han sabido
manejar a sus peleles y hay un zurriburri, con coches bombas,
deflagraciones suicidas, golpes, armas químicas, armate Brancaleone por
doquier, secuestros, periodistas asesinados, corrupción desmoñada,
rebatiña petrolera, desenfreno mediático, todo en desenlace
shakesperiano. O sea, la fantasía con la que la ultraderecha alcanza
orgasmos múltiples. Suponiendo que el chavismo se deje extinguir sin
guerra civil. O invasión imperial con guerra de resistencia y de
liberación nacional de todo el pueblo, Bolívar, Mao, Giap, Che.
Ya tenemos algo de eso, Venezuela se revuelve en una convulsión en que
la mayoría quiere erradicar e impedir todo eso, que no es fácil porque
lo tenemos dentro. Pero no nos distraigamos, a beneficio del argumento.
Una vez en eso ¿qué pasará? Pasará que exigirán más. No sé qué más, no
estoy tan loco para imaginarlo. No son personas equilibradas. Perdieron
toda noción de realidad. Van a pedir más, anótalo. Son gente
desquiciada, como las de las películas malas, con mirada torva y ojos
desorbitados, míraselos.
La General Motors conocía el registro histórico de los terremotos del
Japón, muchos de más de 9˚ en la Escala de Richter. Pues bien, esa
empresa, sí, la de tus electrodomésticos con que especula Daka, la
constructora de instalaciones atómicas y motores de avión, diseñó la
planta de Fukushima para sismos de no más de 7˙. Pero además la proyectó
a la orilla del mar, como cualquier bolero, con muros de 6 metros de
altura ante tsunamis de los tantos que hay en esa región, en donde se
originó la palabra tsunami. O sea. El presidente de GE visitó la
instalación solo las horas suficientes para verificar las dimensiones de
crimen de guerra de la catástrofe y salir huyendo. Lo que hizo Chevron
en el Ecuador. Pasó lo que tenía que pasar: un terremoto bíblico de 9˚ y
olas de 38 metros: tanto fue el cántaro al agua hasta que por fin se
rompió. Y hay no sé cuántas centrales de esas por el mundo, tal vez
diseñadas por GE.
Ahora no sabemos qué está pasando. «No nos están diciendo la verdad»,
insistía el insistente Walter Martínez en 2011. Debe insistir más porque
no parece que la dicen todavía. El científico David Suzuki dijo que si
ahora hay un sismo de 7˚ en Fukushima, habrá que evacuar el Oeste de los
Estados Unidos, con Hollywood y todo, y adiós Japón, con manga y todo
(http://j.mp/HMlnzj)
A cosas así aludo cuando digo que quieren todo. Así es de cortoplacista,
ca-tastrófico e irresponsable hoy el capitalismo. ¿Será verdad que
Chernóbil precipitó la caída del imperio soviético?\
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