martes, 12 de noviembre de 2013

Un abrazo a Elba Escobar Total, totalizante, totalitario

Pongamos que la dirigencia de oposición obtiene todo lo que los indicios dicen que pretende: poder absoluto, porque en una Operación Yakarta extirparían el chavismo entero mediante el exterminio de un número de personas que podría llegar a millones. Lo hicieron en Indonesia, cuya capital es Yakarta, en 1965, cuando extinguieron entre medio millón y un millón de ñángaras. Con apoyo de los Estados Unidos, claro.
Ponen a su fantoche (les sobran), montan varias mojigangas cual la Carmonada, arman su Consejo de Gobierno… O no. ¿El Imperio va a hacer todo eso para sus monigotes? No sé, en Medio Oriente no han sabido manejar a sus peleles y hay un zurriburri, con coches bombas, deflagraciones suicidas, golpes, armas químicas, armate Brancaleone por doquier, secuestros, periodistas asesinados, corrupción desmoñada, rebatiña petrolera, desenfreno mediático, todo en desenlace shakesperiano. O sea, la fantasía con la que la ultraderecha alcanza orgasmos múltiples. Suponiendo que el chavismo se deje extinguir sin guerra civil. O invasión imperial con guerra de resistencia y de liberación nacional de todo el pueblo, Bolívar, Mao, Giap, Che.

Ya tenemos algo de eso, Venezuela se revuelve en una convulsión en que la mayoría quiere erradicar e impedir todo eso, que no es fácil porque lo tenemos dentro. Pero no nos distraigamos, a beneficio del argumento.

Una vez en eso ¿qué pasará? Pasará que exigirán más. No sé qué más, no estoy tan loco para imaginarlo. No son personas equilibradas. Perdieron toda noción de realidad. Van a pedir más, anótalo. Son gente desquiciada, como las de las películas malas, con mirada torva y ojos desorbitados, míraselos.

La General Motors conocía el registro histórico de los terremotos del Japón, muchos de más de 9˚ en la Escala de Richter. Pues bien, esa empresa, sí, la de tus electrodomésticos con que especula Daka, la constructora de instalaciones atómicas y motores de avión, diseñó la planta de Fukushima para sismos de no más de 7˙. Pero además la proyectó a la orilla del mar, como cualquier bolero, con muros de 6 metros de altura ante tsunamis de los tantos que hay en esa región, en donde se originó la palabra tsunami. O sea. El presidente de GE visitó la instalación solo las horas suficientes para verificar las dimensiones de crimen de guerra de la catástrofe y salir huyendo. Lo que hizo Chevron en el Ecuador. Pasó lo que tenía que pasar: un terremoto bíblico de 9˚ y olas de 38 metros: tanto fue el cántaro al agua hasta que por fin se rompió. Y hay no sé cuántas centrales de esas por el mundo, tal vez diseñadas por GE.

Ahora no sabemos qué está pasando. «No nos están diciendo la verdad», insistía el insistente Walter Martínez en 2011. Debe insistir más porque no parece que la dicen todavía. El científico David Suzuki dijo que si ahora hay un sismo de 7˚ en Fukushima, habrá que evacuar el Oeste de los Estados Unidos, con Hollywood y todo, y adiós Japón, con manga y todo (http://j.mp/HMlnzj)

A cosas así aludo cuando digo que quieren todo. Así es de cortoplacista, ca-tastrófico e irresponsable hoy el capitalismo. ¿Será verdad que Chernóbil precipitó la caída del imperio soviético?\

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