sábado, 3 de agosto de 2013

MURIÓ EL ARTISTA PLÁSTICO ANTICLERICAL, LEON FERRARI


MURIÓ EL ARTISTA PLÁSTICO ANTICLERICAL, LEON FERRARI
[ “POR UNOS DÍAS AL MENOS, Y EN HOMENAJE A LEÓN (FERRARI), LES PIDO QUE GUARDEN CON DISCRECIÓN SUS LOAS AL PAPA INQUISIDOR. SE LOS PIDO POR FAVOR. SE LOS PIDO A QUIENES SABÍAN PERFECTAMENTE QUIÉN ERA BERGOGLIO ANTES DE SER FRANCISCO. (C. K.) ]
(MRA)
León Ferrari, artista plástico argentino, polémico, provocador, reconocido y laureado internacionalmente, cuya obra anticlerical enojó al actual papa Francisco cuando era el Cardenal Jorge Bergoglio, murió hace una semana (el jueves antepasado), en Buenos Aires, a los 92 años.
Defensor de los derechos humanos y militante antibélico, Ferrari fue el fundador del antirreligioso Club de impíos, herejes, apóstatas, blasfemos, ateos, paganos, agnósticos e infieles: CIHABAPAI.
Una muestra retrospectiva de su obra, en el Centro Cultural Recoleta, el más importante a nivel comunal de la capital argentina, provocó en 2004 una fuerte reacción de sectores católicos y una carta pastoral de queja, que -por cierto- fue difundida por Bergoglio, ahora en su primer viaje internacional como Sumo Pontífice a Brasil, adonde precisamente tuvo que exiliarse Ferrari en tiempos de la dictadura de Videla.
“Hoy me dirijo a ustedes muy dolido por la blasfemia que es perpetrada en el CCR con motivo de una exposición plástica”, escribió el entonces Cardenal de Buenos Aires. Al ser inaugurada la muestra, un grupo de activistas extremistas ultra-católicos, ingresó al grito de “¡Viva Cristo Rey!” y dañó algunas de las obras, lo que motivó un mitin de apoyo al artista, una causa judicial y la clausura final de la exposición, tras nuevas amenazas.
Además de su cerrado anticlericalismo, Ferrari se destacó por su mensaje contra todo tipo de guerra e intolerancia. Así lo expresó en su famosa obra titulada “La Civilización Occidental y Cristiana” (1965), un trabajo escultórico que muestra a Cristo crucificado en la parte inferior de un bombardero estadounidense, como los enviados a la guerra de Vietnam.
Ferrari tuvo que exiliarse en Brasil perseguido por la dictadura argentina (1976-1983), que secuestró a su hijo Ariel, uno de los miles de desaparecidos.

“Nosotros no sabíamos” se tituló otra de sus obras, realizada con recortes de diarios con la aparición de cadáveres quemados o fusilados que evocan los crímenes y desapariciones de personas durante la dictadura.
Ferrari, graduado de ingeniero en 1947, se alzó con uno de sus premios más importantes de su extensa carrera en 2007, cuando recibió el 'León de Oro' al mejor artista en la Bienal de Arte de Venecia (Italia).
Beneficiado con la beca Guggenheim en 1995, recibió en 2012 en Argentina el premio Konex de Platino en la disciplina Arte Conceptual 2002-2006, y el Konex de Brillante, al artista más destacado de la década en Argentina, tras haber recibido antes dos Diplomas al Mérito Konex (1992 y 2002), lauros que otorga una entidad civil sin fines de lucro.
Sus obras pudieron verse en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), en el 'Reina Sofía' de Madrid y en el de Arte Moderno de Sao Paulo, entre otros.
Al otro día de su muerte, Claudia Korol, educadora y secretaria de redacción de ‘América Libre’, coordinadora del Equipo de educación popular ‘Pañuelos en Rebeldía’, y el programa de formación cogestionado por movimientos sociales y CLACSO (autora de los libros Rebelión, reportaje a la juventud chilena; El Che y los argentinos, diálogo con Gladys Marín; Feminismos y marxismos, diálogo con Fanny Edelman; Caleidoscopio de Rebeldías, y otros manifiestos feministas y revolucionarios), escribió un artículo, del cual extraemos algunos fragmentos:
“Por unos días al menos, y en homenaje a León (Ferrari), les pido que guarden con discreción sus loas al papa inquisidor. Se los pido por favor. Se los pido a quienes sabían perfectamente quién era Bergoglio antes de ser Francisco.
A quienes cuando el tipo llegó a Roma olvidaron sus pecados de dictadura, sus pecados de homofobia, sus cruzadas contra los derechos de las mujeres, sus pecados de gran inquisidor, de controlador de la fe, de silenciador de las disidencias, de perseguidor de artistas…
A quienes les impresionó su poder vaticano -que demuestra que los de este continente estamos tan bien colonizados, que ya nos ganamos la entrada a su cielo-. A quienes pensaron que tal vez sea un papa que nos dé ciertas ventajas comparativas, por las cuales vale la pena olvidar sus ofensas a tantos hermanos y hermanas desaparecidos/as, a sus madres, a sus abuelas... a los curas del pueblo a quienes les dio la espalda (por lo menos) en la hora de su martirio.
León supo pintar la rabia ante ese mundo, ante esta llamada civilización occidental y cristiana. La pintó con todos los colores y las curvas que descubren la hipocresía del viejo continente. León fue, por eso, expulsado del templo por los mercaderes de la fe. Fue expulsado del país por los generales. Fue condenado su arte por el Cardenal Bergoglio.
León vivió muchos exilios, y supo pintarlos. León vivió muchos silencios, y supo gritarlos.
Hoy, que León andará inquietando al infierno con sus pinturas en llamas, y se reirá del embotellamiento de canallas en el purgatorio... Hoy, que León ya no tendrá cardenales ni papas que lo persigan en su artística osadía. Hoy, que León se encontrará con tantos compañeros y compañeras, en el más allá nuestro de cada día… en un lugar donde ya no se calculan los costos-beneficios de cada palabra, ni se negocia la memoria, ni se la mutila... Les pido que por unos días, al menos, cesen las alabanzas al santo padre que vive en roma, mientras nos siguen degollando como a palomas…

Se los pido por León… Se los pido por amor al arte. (C. K.) 

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