MURIÓ EL
ARTISTA PLÁSTICO ANTICLERICAL, LEON FERRARI
[ “POR UNOS
DÍAS AL MENOS, Y EN HOMENAJE A LEÓN (FERRARI), LES PIDO QUE GUARDEN CON
DISCRECIÓN SUS LOAS AL PAPA INQUISIDOR. SE LOS PIDO POR FAVOR. SE LOS PIDO A
QUIENES SABÍAN PERFECTAMENTE QUIÉN ERA BERGOGLIO ANTES DE SER FRANCISCO. (C.
K.) ]
(MRA)
León Ferrari,
artista plástico argentino, polémico, provocador, reconocido y laureado
internacionalmente, cuya obra anticlerical enojó al actual papa Francisco
cuando era el Cardenal Jorge Bergoglio, murió hace una semana (el jueves
antepasado), en Buenos Aires, a los 92 años.
Defensor de
los derechos humanos y militante antibélico, Ferrari fue el fundador del
antirreligioso Club de impíos, herejes, apóstatas, blasfemos, ateos, paganos,
agnósticos e infieles: CIHABAPAI.
Una muestra
retrospectiva de su obra, en el Centro Cultural Recoleta, el más importante a
nivel comunal de la capital argentina, provocó en 2004 una fuerte reacción de
sectores católicos y una carta pastoral de queja, que -por cierto- fue
difundida por Bergoglio, ahora en su primer viaje internacional como Sumo
Pontífice a Brasil, adonde precisamente tuvo que exiliarse Ferrari en tiempos
de la dictadura de Videla.
“Hoy me
dirijo a ustedes muy dolido por la blasfemia que es perpetrada en el CCR con
motivo de una exposición plástica”, escribió el entonces Cardenal de Buenos
Aires. Al ser inaugurada la muestra, un grupo de activistas extremistas
ultra-católicos, ingresó al grito de “¡Viva Cristo Rey!” y dañó algunas de las
obras, lo que motivó un mitin de apoyo al artista, una causa judicial y la clausura
final de la exposición, tras nuevas amenazas.
Además de su
cerrado anticlericalismo, Ferrari se destacó por su mensaje contra todo tipo de
guerra e intolerancia. Así lo expresó en su famosa obra titulada “La
Civilización Occidental y Cristiana” (1965), un trabajo escultórico que muestra
a Cristo crucificado en la parte inferior de un bombardero estadounidense, como
los enviados a la guerra de Vietnam.
Ferrari tuvo
que exiliarse en Brasil perseguido por la dictadura argentina (1976-1983), que
secuestró a su hijo Ariel, uno de los miles de desaparecidos.
“Nosotros no
sabíamos” se tituló otra de sus obras, realizada con recortes de diarios con la
aparición de cadáveres quemados o fusilados que evocan los crímenes y
desapariciones de personas durante la dictadura.
Ferrari,
graduado de ingeniero en 1947, se alzó con uno de sus premios más importantes
de su extensa carrera en 2007, cuando recibió el 'León de Oro' al mejor artista
en la Bienal de Arte de Venecia (Italia).
Beneficiado
con la beca Guggenheim en 1995, recibió en 2012 en Argentina el premio Konex de
Platino en la disciplina Arte Conceptual 2002-2006, y el Konex de Brillante, al
artista más destacado de la década en Argentina, tras haber recibido antes dos
Diplomas al Mérito Konex (1992 y 2002), lauros que otorga una entidad civil sin
fines de lucro.
Sus obras
pudieron verse en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), en el 'Reina
Sofía' de Madrid y en el de Arte Moderno de Sao Paulo, entre otros.
Al otro día
de su muerte, Claudia Korol, educadora y secretaria de redacción de ‘América
Libre’, coordinadora del Equipo de educación popular ‘Pañuelos en Rebeldía’, y
el programa de formación cogestionado por movimientos sociales y CLACSO (autora
de los libros Rebelión, reportaje a la juventud chilena; El Che y los
argentinos, diálogo con Gladys Marín; Feminismos y marxismos, diálogo con Fanny
Edelman; Caleidoscopio de Rebeldías, y otros manifiestos feministas y
revolucionarios), escribió un artículo, del cual extraemos algunos fragmentos:
“Por unos
días al menos, y en homenaje a León (Ferrari), les pido que guarden con
discreción sus loas al papa inquisidor. Se los pido por favor. Se los pido a
quienes sabían perfectamente quién era Bergoglio antes de ser Francisco.
A quienes
cuando el tipo llegó a Roma olvidaron sus pecados de dictadura, sus pecados de
homofobia, sus cruzadas contra los derechos de las mujeres, sus pecados de gran
inquisidor, de controlador de la fe, de silenciador de las disidencias, de
perseguidor de artistas…
A quienes
les impresionó su poder vaticano -que demuestra que los de este continente
estamos tan bien colonizados, que ya nos ganamos la entrada a su cielo-. A
quienes pensaron que tal vez sea un papa que nos dé ciertas ventajas comparativas,
por las cuales vale la pena olvidar sus ofensas a tantos hermanos y hermanas
desaparecidos/as, a sus madres, a sus abuelas... a los curas del pueblo a
quienes les dio la espalda (por lo menos) en la hora de su martirio.
León supo
pintar la rabia ante ese mundo, ante esta llamada civilización occidental y
cristiana. La pintó con todos los colores y las curvas que descubren la
hipocresía del viejo continente. León fue, por eso, expulsado del templo por
los mercaderes de la fe. Fue expulsado del país por los generales. Fue
condenado su arte por el Cardenal Bergoglio.
León vivió
muchos exilios, y supo pintarlos. León vivió muchos silencios, y supo
gritarlos.
Hoy, que
León andará inquietando al infierno con sus pinturas en llamas, y se reirá del embotellamiento
de canallas en el purgatorio... Hoy, que León ya no tendrá cardenales ni papas
que lo persigan en su artística osadía. Hoy, que León se encontrará con tantos
compañeros y compañeras, en el más allá nuestro de cada día… en un lugar donde
ya no se calculan los costos-beneficios de cada palabra, ni se negocia la
memoria, ni se la mutila... Les pido que por unos días, al menos, cesen las
alabanzas al santo padre que vive en roma, mientras nos siguen degollando como
a palomas…
Se los pido
por León… Se los pido por amor al arte. (C. K.)
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