COMO LO HAN DENUNCIADO MONTONES DE MILITANTES, LA FORMA EN QUE SE HAN ELEGIDO LOS CANDIDATOS A ALCALDES Y CONCEJALES, POR PARTE DEL PSUV Y SUS PARTIDOS 'DE COLA', ES VERDADERAMENTE EL COLMO DE LA ARBITRARIEDAD Y EL AUTORITARISMO. LA PÉRDIDA DEL MÁS MÍNIMO SENTIDO DE RESPETO, POR PARTE DE UNA SUPUESTA DIRECCIÓN, HACIA LAS BASES LOCALES QUE LA APOYAN, PASÁNDOSE POR EL FORRO CUALQUIER CRITERIO DE... CONSENSO Y/O DEMOCRACIA DE BASE.
La decisión política ha sido esa. Creándose en realidad, un mecanismo de negociación entre sus propias tribus internas: un candidato para mi, otro para tí, y si no te gusta te la calas o te vas... ¡ pobrecita Guarenas !
Hasta la mas podrida corrupción, ya despachada por los trabajadores de Guayana, ahora se la impusieron a ellos, por la razón que sea, salvo la vida o la gracia transformadora... Y así en cualquier cantidad de sitios. Este es el clima -en su plano concreto-, para poner fin al ambiente crítico y de auténtica participación colectiva.
De allí llegamos a Winston Vallenilla, perfecta decisión para ganarse a algún mantenido adicto a Venevisión, entre los tantos de Baruta, y alejar a los luchadores populares, uno de los cuales perdió la vida por su condición de tal, en los ataques fascistas del 15 de Abril. La próxima será la Chilindrina nacionalizada, para defensora del pueblo, y la nueva Miss Venezuela de diputada.
No hay problema, en definitiva estas decisiones, que buscan un espectáculo seductor, una vez perdida la figura de quien era -cuando le daba la gana- un verdadero espectáculo, me refiero al presidente Chávez -un espectáculo con causa y contenido-, son actos que los reflejan a ell@s mismo@s. Es el proceso largamente constatado de distanciamiento, hasta el punto de la confrontación entre “la revolución popular bolivariana” y una dirección política oficializada y vendida al público a través del sistema público y privado de comunicaciones, incapaz de estar de lado -y por lo general jugando el papel de contra o de sapos- de las verdaderas luchas que todos los días protagonizan aquellos que se han tomado verdaderamente a pecho esta revolución.
Del pueblo del 27 de febrero, a Winston Vallenilla, no hay nada que buscar. Es la revuelta del pueblo enfrentada a los cálculos del marketing electoral. La actual dirección del PSUV inaugura así su entrada dentro de la decadencia de la democracia representativa como fenómeno mundial que busca en el espectáculo viciado, su salvación. Pero además, le sigue los pasos a los últimos momentos de la cuarta república, reciclando políticamente seres aborrecidos por todo el mundo, en plena campaña “contra la corrupción”. ¿ En qué va acabar esto ?, ¿ De qué sirve la palabra critica en situaciones como ésta ?
Roland Denis.
COMO LO HAN DENUNCIADO MONTONES DE MILITANTES, LA FORMA EN QUE SE HAN ELEGIDO LOS CANDIDATOS A ALCALDES Y CONCEJALES, POR PARTE DEL PSUV Y SUS PARTIDOS 'DE COLA', ES VERDADERAMENTE EL COLMO DE LA ARBITRARIEDAD Y EL AUTORITARISMO. LA PÉRDIDA DEL MÁS MÍNIMO SENTIDO DE RESPETO, POR PARTE DE UNA SUPUESTA DIRECCIÓN, HACIA LAS BASES LOCALES QUE LA APOYAN, PASÁNDOSE POR EL FORRO CUALQUIER CRITERIO DE... CONSENSO Y/O DEMOCRACIA DE BASE.
La decisión política ha sido esa. Creándose en realidad, un mecanismo de negociación entre sus propias tribus internas: un candidato para mi, otro para tí, y si no te gusta te la calas o te vas... ¡ pobrecita Guarenas !
Hasta la mas podrida corrupción, ya despachada por los trabajadores de Guayana, ahora se la impusieron a ellos, por la razón que sea, salvo la vida o la gracia transformadora... Y así en cualquier cantidad de sitios. Este es el clima -en su plano concreto-, para poner fin al ambiente crítico y de auténtica participación colectiva.
De allí llegamos a Winston Vallenilla, perfecta decisión para ganarse a algún mantenido adicto a Venevisión, entre los tantos de Baruta, y alejar a los luchadores populares, uno de los cuales perdió la vida por su condición de tal, en los ataques fascistas del 15 de Abril. La próxima será la Chilindrina nacionalizada, para defensora del pueblo, y la nueva Miss Venezuela de diputada.
No hay problema, en definitiva estas decisiones, que buscan un espectáculo seductor, una vez perdida la figura de quien era -cuando le daba la gana- un verdadero espectáculo, me refiero al presidente Chávez -un espectáculo con causa y contenido-, son actos que los reflejan a ell@s mismo@s. Es el proceso largamente constatado de distanciamiento, hasta el punto de la confrontación entre “la revolución popular bolivariana” y una dirección política oficializada y vendida al público a través del sistema público y privado de comunicaciones, incapaz de estar de lado -y por lo general jugando el papel de contra o de sapos- de las verdaderas luchas que todos los días protagonizan aquellos que se han tomado verdaderamente a pecho esta revolución.
Del pueblo del 27 de febrero, a Winston Vallenilla, no hay nada que buscar. Es la revuelta del pueblo enfrentada a los cálculos del marketing electoral. La actual dirección del PSUV inaugura así su entrada dentro de la decadencia de la democracia representativa como fenómeno mundial que busca en el espectáculo viciado, su salvación. Pero además, le sigue los pasos a los últimos momentos de la cuarta república, reciclando políticamente seres aborrecidos por todo el mundo, en plena campaña “contra la corrupción”. ¿ En qué va acabar esto ?, ¿ De qué sirve la palabra critica en situaciones como ésta ?
Roland Denis.
La decisión política ha sido esa. Creándose en realidad, un mecanismo de negociación entre sus propias tribus internas: un candidato para mi, otro para tí, y si no te gusta te la calas o te vas... ¡ pobrecita Guarenas !
Hasta la mas podrida corrupción, ya despachada por los trabajadores de Guayana, ahora se la impusieron a ellos, por la razón que sea, salvo la vida o la gracia transformadora... Y así en cualquier cantidad de sitios. Este es el clima -en su plano concreto-, para poner fin al ambiente crítico y de auténtica participación colectiva.
De allí llegamos a Winston Vallenilla, perfecta decisión para ganarse a algún mantenido adicto a Venevisión, entre los tantos de Baruta, y alejar a los luchadores populares, uno de los cuales perdió la vida por su condición de tal, en los ataques fascistas del 15 de Abril. La próxima será la Chilindrina nacionalizada, para defensora del pueblo, y la nueva Miss Venezuela de diputada.
No hay problema, en definitiva estas decisiones, que buscan un espectáculo seductor, una vez perdida la figura de quien era -cuando le daba la gana- un verdadero espectáculo, me refiero al presidente Chávez -un espectáculo con causa y contenido-, son actos que los reflejan a ell@s mismo@s. Es el proceso largamente constatado de distanciamiento, hasta el punto de la confrontación entre “la revolución popular bolivariana” y una dirección política oficializada y vendida al público a través del sistema público y privado de comunicaciones, incapaz de estar de lado -y por lo general jugando el papel de contra o de sapos- de las verdaderas luchas que todos los días protagonizan aquellos que se han tomado verdaderamente a pecho esta revolución.
Del pueblo del 27 de febrero, a Winston Vallenilla, no hay nada que buscar. Es la revuelta del pueblo enfrentada a los cálculos del marketing electoral. La actual dirección del PSUV inaugura así su entrada dentro de la decadencia de la democracia representativa como fenómeno mundial que busca en el espectáculo viciado, su salvación. Pero además, le sigue los pasos a los últimos momentos de la cuarta república, reciclando políticamente seres aborrecidos por todo el mundo, en plena campaña “contra la corrupción”. ¿ En qué va acabar esto ?, ¿ De qué sirve la palabra critica en situaciones como ésta ?
Roland Denis.
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