¡ CUÁNTO AMOR, CUÁNTA ENTEREZA, CUÁNTA SABIDURÍA ESTAMOS CUSTODIANDO !
/ Por Aleida Guevara March /
[En una conferencia que tenía que impartir en Granada, España, se me ocurrió, al final de la misma, repetir una frase que había leído momentos antes en la puerta de un baño de la universidad donde me hallaba y les expliqué cómo la había encontrado. Un año después, me regalaron unas pegatinas con la famosa frase: «La revolución no se lleva en la boca para vivir en ella, si no en el corazón para morir por ella» y al pie decía: Che Guevara.]
-Palabras de agradecimiento pronunciadas por la hija de El Che, Aleida Guevara March, durante la ceremonia con motivo de la inclusión de la Colección documental "Vida y obra de Ernesto Che Guevara (1928-1967), en el Registro Mundial de la Memoria del Mundo de la UNESCO-
"Hace algún tiempo tuve el privilegio de conocer la nueva biblioteca de Alejandría, pero todavía hoy no soy capaz de describir toda la emoción que sentí en ese lugar. Por supuesto, pensé en todo el conocimiento perdido cuando la destrucción de la antigua biblioteca, pero aun así me encontraba frente a un tesoro invaluable para la humanidad. Sin embargo, me pregunto cuántos tendrán la oportunidad de conocer más y estudiar los secretos que aún guardan esas paredes, y siento que todos deberíamos tener la posibilidad de poder disfrutar de ese privilegio.
Por eso, la confirmación recibida acerca de que la Colección documental «Vida y obra de Ernesto Che Guevara (1928-1967)», es ya parte integrante del Registro Mundial de la Memoria del Mundo de la UNESCO, nos llenó de felicidad y también de seguridad, porque este imperecedero ejemplo de vida será custodiado y protegido, para que las nuevas generaciones puedan beber de su sabiduría.
Recuerdo que hace un tiempo, nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro, hablaba de las dudas acerca de la veracidad de alguna frase leída en un libro biográfico sobre el emperador Julio César, pues el autor no había vivido en aquella época y no podía explicar el origen de dicha expresión, lo que me parece interesante porque es algo que desgraciadamente ocurre con frecuencia. En una conferencia que tenía que impartir en Granada, España, se me ocurrió, al final de la misma, repetir una frase que había leído momentos antes en la puerta de un baño de la universidad donde me hallaba y les expliqué cómo la había encontrado. Un año después, me regalaron unas pegatinas con la famosa frase: «La revolución no se lleva en la boca para vivir en ella, si no en el corazón para morir por ella» y al pie decía: Che Guevara.
Cuatro años después, encontré la misma frase escrita en un muro de Venezuela, como si la hubiese dicho mi padre. Es algo impresionante la capacidad que tenemos de modificar las cosas, a veces con el mejor de los deseos, pero faltando a la verdad histórica, por eso es significativo que podamos rectificar todo eso disponiendo de documentos, discursos, grabaciones, que nos permitan tal como decía el Che: «…ceñirse a la verdad como un dedo en un guante». Por supuesto, tratar por todos los medios –como también lo aclaró–, de que el guante no sea de boxeo…
He aquí otra cosa trascendental, y es que a través de esos documentos, preservados para las nuevas generaciones, se tendrá la posibilidad de conocer al hombre en su integralidad, no sólo al estadista, al dirigente político de alta estatura, sino al ser humano que, a pesar de la famosa foto tomada por Korda en un momento trágico de la vida de nuestro pueblo, sabía reír, bromeaba y sobre todo amaba. A ese ser humano, que teniendo el privilegio de ser amado y de amar intensamente a su compañera de vida y a sus hijos, decide entregar su pensamiento y acción a la causa de los oprimidos y olvidados de este mundo.
Cuánto amor, cuánta entereza, cuánta sabiduría estamos custodiando para que miles y millones de jóvenes puedan, mañana, decidir con conocimiento de causa, si quieren igualar o si pueden superar a este hombre en integridad y en coherencia de vida.
¡ Bravo !, como hija, me siento orgullosa. Otra vez faltan palabras para expresar sentimientos. Por eso recurro a nuestro Martí y siento que es verdad: cuando los hombres reconocen las virtudes de otro hombre, es porque las llevan en sí mismos. Muchas gracias al Comité Asesor Internacional, buena elección.
Un día, visitando a un grupo de niños que se hacían llamar los «Ernesticos», en Guantánamo, una niña, pequeñita, me miró fijamente y me preguntó: «Oye chica, ¿ tú no te pones brava si yo digo que tu papá también es mío ?», y le respondí que no, que no me ponía brava porque sí podíamos compartirlo.
Ahora estoy segura de que sí, que podemos compartirlo con muchas personas, para que un día ─de verdad─, un mundo mejor sea posible.
Muchas gracias."
No hay comentarios:
Publicar un comentario