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Como
para espantar a cualquiera el sector guarimbero de la oposición ha
hecho un trabajo impecable. Las últimas semanas han sido una vitrina de
lo que ofrecen al país. Una campaña publicitaria, con slogan de
laboratorio y todo: "Hermano oficialista, tu peo es mi peo" y ahí
empieza el peo...
Desde
su arrogancia niegan el chavismo, se niegan a nombrarnos, nos llaman
oficialistas que es sinónimo de foca, que es cómo solían llamarnos antes
de empezar su campaña. Oficialistas que dicen sí mecánicamente a todo
lo que diga el gobierno. Ignorantes que no entendemos la pesadilla que
ellos dicen que vivimos y de la cual nos están salvando -"¡Maldito
bruto, abre los ojos!"-. Y cuando les decimos que de lo que nos hemos
dado cuenta nada tiene que ver con su pesadilla sino con nuestros sueños
cumplidos, el hermano oficialista cede al "jalabolas que se conforma
con dádivas". Así, nuestros derechos, para ellos, no son más que
migajas, dádivas que se logran lamiendo botas, culos, o cualquier cosa
lamible.
Resienten
que el gobierno reconozca y valide los derechos de todos. "Es una
injusticia que se construyan casas para pobres donde vivimos los que sí
trabajamos para tenerlas" -Dicen desde el cómodo apartamento que les
regaló su papá, al que difícilmente podrían haber accedido de no ser por
el trabajo que supone haber nacido acomodados. Y es aquí cuando de
"hermana oficialista" paso a ser una "negra de mierda resentida"...
Entonces,
como no entendemos, ellos se lanzan a la calle trancando con basura y
escombros sus propias urbanizaciones, decorándolas con monigotes
alusivos a "hermanos oficialistas" ahorcados o empalados. Destrozan
propiedad privada que ellos dicen defender. Queman universidades que
ellos suponen chavistas contradiciendo su teoría de que la ignorancia es
nuestra. Amenazan con cazarnos, con que se las vamos a pagar,
ilústrandonos la deuda con fotos de Gadafi mientras era torturado a
muerte. "Oh hermano chavista, tu peo soy yo"
Cociéndose
en su salsa han mermado al quemaito de la olla: los más locos y
violentos, los que nadie quiere, los que la misma oposición ya no puede
controlar, los que los están arruinando y no saben cómo quitarse de
encima. Entonces es cuando uno dice: "Hermano opositor, si tu peo son
los violentos, entonces sí, tu peo es mi peo".
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