La mejor manera de encontrar el bienestar emocional es pensar en positivo.
Cuando los pensamientos negativos se nos suceden en la mente, trabajemos combatiéndolos hasta lograr bloquearlos.
El simple hecho de esbozar una sonrisa
elimina la tensión corporal y difumina la negatividad. Así que, cuando
te sientas triste sonríe. El cambio no se producirá de un día para otro,
pero tenemos la enorme suerte de que la mente es muy plástica por lo
que cuando te quieras dar cuenta la positividad te vendrá de manera casi
automática y el bloqueo emocional habrá desaparecido.
Evita las quejas continuas. Las reclamaciones asiduas atraen, como un imán, las cargas negativas de tus propios pensamientos y emociones adversas.
Muchas de las percepciones que tenemos de que algo no va bien, comienzan a hacerse notar cuando nos lamentamos.
Sé libre de pensamiento y emoción. No dejes que interferencias externas se acumulen en tu vida diaria.
Libérate de la negatividad que te envuelve, rumores, lamentaciones, comentarios malintencionados, etc. y da prioridad a aquello que te hace sentir bien.
Rodéate de gente optimista, la positividad se contagia. Déjate guiar por tu intuición.
No te enfades con facilidad ni le des importancia a las pequeñas cosas que en un momento dado te pueden hacer sentir mal. Cuando nos irritamos somos como el veneno de una serpiente que invade nuestro cuerpo y nuestra mente, convirtiéndonos en nuestro peor enemigo.
Procura dar espacio a la serenidad y cuando te sientas superado practica la relajación para controlar la explosión de emociones negativas.
Vive el presente. El pasado no se puede cambiar ni el futuro adivinar, de esta manera eliminaremos el rencor del primero y la ansiedad del segundo. Lo mejor es estar presente, haciendo que el día valga la pena.
Las preocupaciones y las lamentaciones lo único que te aportarán es una somatización física que desembocará en una enfermedad.
Aprovecha los recursos que la naturaleza te ofrece, para cargarte de energía:
- Agua. El agua purifica. Siempre que tengas ocasión acércate a la playa, un río o una cascada, y déjate inundar por esa sensación placentera que transmite el contacto de tu piel con el llamado elixir de la vida. Si no puedes hacerlo tanto como quisieras, métete bajo la ducha de casa con los ojos cerrados e imagina que la negatividad que acarreas y el cansancio físico y mental que la determinan, se van escurriendo de tu cuerpo conforme el agua se desliza.
- Tierra. Camina descalzo cuando puedas sobre tierra pura (arena de la playa, césped, etc.), de tal manera que ésta misma ejerza una especie de masaje sobre la planta del pie. Si no tienes opción masajéate los pies con alguna crema tras un largo día de trabajo y disfruta de esa sensación de alivio.
Escucha música que te haga bailar y cantar, evitando aquella que te remonte a momentos tristes. La vibración de la música hace emerger nuestra alegría dando paso a la manifestación de otras emociones positivas.
Por: Ciara Molina
Evita las quejas continuas. Las reclamaciones asiduas atraen, como un imán, las cargas negativas de tus propios pensamientos y emociones adversas.
Muchas de las percepciones que tenemos de que algo no va bien, comienzan a hacerse notar cuando nos lamentamos.
Sé libre de pensamiento y emoción. No dejes que interferencias externas se acumulen en tu vida diaria.
Libérate de la negatividad que te envuelve, rumores, lamentaciones, comentarios malintencionados, etc. y da prioridad a aquello que te hace sentir bien.
Rodéate de gente optimista, la positividad se contagia. Déjate guiar por tu intuición.
No te enfades con facilidad ni le des importancia a las pequeñas cosas que en un momento dado te pueden hacer sentir mal. Cuando nos irritamos somos como el veneno de una serpiente que invade nuestro cuerpo y nuestra mente, convirtiéndonos en nuestro peor enemigo.
Procura dar espacio a la serenidad y cuando te sientas superado practica la relajación para controlar la explosión de emociones negativas.
Vive el presente. El pasado no se puede cambiar ni el futuro adivinar, de esta manera eliminaremos el rencor del primero y la ansiedad del segundo. Lo mejor es estar presente, haciendo que el día valga la pena.
Las preocupaciones y las lamentaciones lo único que te aportarán es una somatización física que desembocará en una enfermedad.
Aprovecha los recursos que la naturaleza te ofrece, para cargarte de energía:
- Agua. El agua purifica. Siempre que tengas ocasión acércate a la playa, un río o una cascada, y déjate inundar por esa sensación placentera que transmite el contacto de tu piel con el llamado elixir de la vida. Si no puedes hacerlo tanto como quisieras, métete bajo la ducha de casa con los ojos cerrados e imagina que la negatividad que acarreas y el cansancio físico y mental que la determinan, se van escurriendo de tu cuerpo conforme el agua se desliza.
- Tierra. Camina descalzo cuando puedas sobre tierra pura (arena de la playa, césped, etc.), de tal manera que ésta misma ejerza una especie de masaje sobre la planta del pie. Si no tienes opción masajéate los pies con alguna crema tras un largo día de trabajo y disfruta de esa sensación de alivio.
Escucha música que te haga bailar y cantar, evitando aquella que te remonte a momentos tristes. La vibración de la música hace emerger nuestra alegría dando paso a la manifestación de otras emociones positivas.
Por: Ciara Molina
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