MUCHOS FACTORES han influido en lo que ocurre
en el Táchira, pero todo indica que uno de ellos es la acción deliberada
del expresidente Álvaro Uribe, que se habría involucrado directamente en la
política venezolana, con logística, hombres y recursos. Sus métodos y
maneras se observan en lo que ocurre en el estado fronterizo. Nada se gana
ocultando esa realidad.
|
Desde
la Sala Situacional
En la coyuntura actual, el diálogo es un
instrumento útil para desactivar los elementos de la situación que pueda
hacerla explotar. A mediano y largo plazo, puede operar en la construcción de
valores y creencias compartidas, en un cuadro caracterizado por una puja
visible entre intereses de clase distintos y visiones ideológicas diferentes.
GEOPOLÍTICA
La situación inmediata, que debe ser desactivada,
tiene varios componentes. Uno de ellos es de carácter geopolítico, es decir,
la disposición a actuar, por parte de factores de poder internacional, para
que Venezuela se reintegre al dispositivo geopolítico estadounidense, por lo
que promueven una suerte de “primavera” o “revolución de colores”.
VIOLENCIA
Otro factor que confluye a crear el actual
cuadro, es la decisión de un sector de la oposición de impulsar la salida
forzada del Presidente de Miraflores (“Maduro vete ya”). A esto se le agrega
la utilización de formas de lucha que incluyen no sólo manifestaciones
pacíficas, sino también métodos violentos de baja y mediana intensidad.
ECONOMÍA
Todas estas estrategias se articulan con el
severo cuadro de dificultades económicas por las que atraviesa el país. Este
fondo está allí. A lo que se le añade la incertidumbre sobre la capacidad del
Gobierno para mejorar las variables económicas. El caldo de cultivo perfecto
para que se produzcan estremecimientos sociales. Medidas recientes, como la
disminución del cupo Cadivi, afectaron directamente a los jóvenes de las
capas medias. Pero la inflación y la escasez pudieran estimular el malestar
en los sectores populares.
DIÁLOGO
Un proceso de diálogo debe abordar la situación
en su conjunto. Desbrozar las causas socioeconómicas. Neutralizar la
estrategia de las “primaveras”. Acelerar los correctivos en económicos,
concretar entendimientos con el sector empresarial productivo y normalizar la
participación de la oposición moderada en la vida política nacional.
El
Socialismo en la Historia
Olof
Palme
Murió al salir del cine, dicen que por el clima
de Estocolmo, el faro de los países nórdicos. Del clima, sí, pero del clima
político que se vivía en Suecia en febrero de 1986. Dos tiros le dieron por
la espalda. Andaba con su esposa, sin escoltas, como un ciudadano cualquiera.
En principio, la hipótesis de un acto conspirativo fue descartada. No había
sido ni el Apartheid, ni Pinochet ni la CIA. Simplemente, un drogadicto,
aunque luego el acusado fue absuelto por falta de pruebas.
Pero lo que es innegable, sin mayores pesquisas,
es que la atmósfera política del momento era tensa, hosca e instigadora. En
efecto, Olof Palme (1927-1986) no era un socialdemócrata cualquiera. En plena
Guerra Fría, como Primer Ministro, se opone con firmeza a la invasión de
Vietnam y al racismo sudafricano, condena la ocupación de Checoeslovaquia y
sostiene a Allende y al sandinismo. Rompe así con la política de neutralidad
y asilamiento de sus predecesores. En 1968 expresó: "La democracia es
una forma de gobierno que exige mucho. Exige respeto a los demás. No se puede
imponer desde fuera una forma de gobierno a una nación. El pueblo tiene que
tener derecho a conformar su futuro según su propio criterio. Por eso, la
democracia presupone soberanía nacional”.
En el plano interno sus posiciones también
generaban suspicacia en la ultra derecha sueca, por su oposición al
neoliberalismo que en la década de los ochenta impulsaban Ronald Reagan y
Margaret Thatcher, y por su enérgica disposición a mantener el Estado de
Bienestar.
Tal vez nunca se conozca quién mató a Palmer,
pero lo que no se ha podido ahogar es la esencia de su mensaje: “La
democracia exige justicia. No se puede ganar a un pueblo llenando los
bolsillos de los ricos mientras se empuja a los pobres a una miseria cada vez
más grande”. Ni con dos balas de una Magnum .357.
Enfoque
Flash
Rojo
LA GERENCIA DE LA CRISIS que se dispara el 12 de
febrero ha tenido fuertes fallas. Como se sabe, quienes propician las
estrategias de violencia de calle buscan entablar un pulso frente a la
opinión pública. Si el Gobierno no actúa, pierde. Si actúa con excesos, pierde
todavía más. Este es el punto neurálgico. La única respuesta es el uso
proporcional de la fuerza. Pero no siempre éste ha sido el caso.
A LOS PROBLEMAS SOCIALES como la criminalidad, y
los relacionados con la escasez y el control de cambio, se le suman los que
tienen que ver con la vida política nacional. En el parlamento no ha habido
las aperturas necesarias. No se tomaron las medidas de gracia previstas con
los presos. La ausencia de castigo para los banqueros y funcionarios de los
veinte mil millones de dólares enrarece el clima ético. La descalificación
verbal encrespa los ánimos. Tareas del diálogo político.
EN LOS ESTADOS FRONTERIZOS, como Táchira y Zulia,
la situación se ha venido deteriorando desde hace tiempo. Mucha gente se ha
hartado de la inacción frente a los grupos armados irregulares, la
participación de militares en el contrabando de alimentos, el
desabastecimiento. Ese desamparo es tan peligroso como el “uribismo”. Lo del
Táchira amerita algo más que presencia militar. Asumir los errores. Un equipo
político con credibilidad que dé la cara y dialogue.
Flash Negro
LOS PARTIDOS AD, COPEI, UNT Y PJ expresan en
privado que están en desacuerdo con la línea de “la salida” y las tácticas de
violencia de calle. Pero no han tomado una posición pública. Al parecer, en
algunas de esas organizaciones las directivas están fraccionadas y muchos
simpatizan con esa orientación política. Eso es lo que posiblemente dificulta
la participación en el diálogo.
LAS ACCIONES DE violencia en las vías públicas
pudieran “dar sus frutos” si el Gobierno no maneja correctamente los
acontecimientos. Pero si al contrario, la violencia de la oposición causa
daños excesivos a la ciudadanía y agresiones físicas a transeúntes, pudiera
convertirse en un boomerang. Se trata, en una gran medida, de un asunto de
percepciones. Por eso, los factores nacionales e internacionales involucrados
le han brindado a “la salida” un fuerte soporte a través de los medios y del
mundo del espectáculo.
MUCHOS FACTORES han influido en lo que ocurre en el
Táchira, pero todo indica que uno de ellos es la acción deliberada del
expresidente Álvaro Uribe, que se habría involucrado directamente en la
política venezolana, con logística, hombres y recursos. Sus métodos y maneras
se observan en lo que ocurre en el estado fronterizo. Nada se gana ocultando
esa realidad.
LA OPOSICIÓN VIENE EXIGIENDO participación en las
comisiones de la Asamblea. Pero ahora se va a desinar una comisión de la
verdad proporcional y el partido Copei se niega. ¿Y entonces? elepuchi@gmail.com Colaboración especial para LatinPress®. LPs.
No hay comentarios:
Publicar un comentario