Desaparece el analfabetismo.
Venezuela se convierte en el tercer país lector de América Latina. Uno de
cada tres venezolanos estudia. Uno de cada diez lo hace en educación
superior. Más de las tres cuartas partes lo hacen en instituciones
gratuitas. Se crean 16 nuevas universidades. Los medios de servicio público
pasan, de una radio y una televisora, a 6 televisoras, una decena de radios
y más de tres centenares de emisoras comunitarias y alternativas. Se crean
Telesur, nuevas y poderosas editoriales del Estado
Conferencia en el
Cuartel de la Montaña
1
“Europea,
ha de ser nuestra cultura”, escribe Rómulo Gallegos a principios del siglo
pasado en uno de sus artículos para La Alborada.
Y
a pesar de que el novelista posteriormente corrige en algo el axioma al
volver su atención hacia la realidad, venezolana, la frase se torna consigna
de varias generaciones intelectuales.
La
inmigración europea, que nos traiga su civilizada cultura y nos eleve desde
la bajeza de la barbarie al pináculo de la civilización, se convertirá en
programa de las clases dominantes, en recurrente receta de los positivistas
Laureano Vallenilla Lanz, Gil Fortoul, Alberto Adriani y Laureano Vallenilla
Planchart, en panacea que por igual invocan gomecistas y postgomecistas,
perezjimenistas, accióndemocratistas y socialcristianos.
La
cultura petrolera descubre una nueva Meca. Estadounidense ha de ser nuestra
cultura, dicen los medios de comunicación. Nuestra cultura es una elipse
trazada alrededor de los dos puntos focales de Europa y de Miami. Importada,
reducida a inepta mímesis de los modelos superiores, contemplativa, reservada para las minorías y lucida como
signo de consumo ostensible habría de ser nuestra cultura.
2
Frente
a esta tesis la izquierda cultural planteó una antítesis. Americana, hija de
nuestra contradictoria fusión histórica había de ser nuestra cultura.
Original, vale decir única y novedosa en sus valores y soluciones. Viviente,
como proceso continuo surgido de la totalidad del pueblo y de su cotidiana
experiencia. Crítica, nacida de la incesante destrucción de lo caduco.
Liberadora, instrumento de ruptura del orden de la dependencia impuesto en lo
internacional y de la estratificación clasista implantada en el orden
interno. Así debe de ser nuestra
cultura.
3
La
cultura es el ser de una sociedad. El ser es ante todo conciencia, y
conciencia de sí.
Las
sociedades existen desde que adquieren conciencia de sí mismas.
La
cultura es a la vez la inmortalidad personal y la del colectivo. El hombre y
las comunidades siguen existiendo en las obras y las ideas perdurables. La
cultura, como el trabajo, surge del esfuerzo conjunto de la colectividad.
Pero el trabajo, como la cultura, puede ser apropiado por la clase dominante.
Decía
Marx que las ideas dominantes han sido en todos los tiempos las de las
clases dominantes, porque así como
éstas poseen los medios de producción material, son propietarias de los
medios de producción intelectual: imprentas, periódicos, academias. Del mismo
modo que la producción capitalista se manufactura en empresas y fábricas, la
ideología del capital se factura en
aparatos ideológicos. De la misma forma en que todo modo de producción
lleva en sus entrañas el que ha de sucederle, la cultura hegemónica no puede
impedir el surgimiento de la que la seguirá.
Inevitablemente,
a la cultura colonial hegemónica se contrapuso una cultura venezolana
revolucionaria. Sin aparatos
ideológicos, sin instituciones, más bien a contrapelo de las del sistema y en
lucha contra éstas y a veces contra la policía política y académica, la
insurgencia cultural logró sin embargo una
indiscutible hegemonía. Durante la última mitad del siglo pasado casi
no hay obra, tendencia, ensayo o manifiesto relevante que no revista una
inspiración progresista.
4
El
pensamiento de Hugo Chávez Frías es río caudaloso del cual apenas comenzamos
a cursar las etapas y vertientes. Pocos mandatarios han pensado hablado,
dispuesto y ordenado tanto sobre cultura.
Mucho
antes de llegar al poder, Chávez comprende que un proyecto político es un
proyecto cultural. Ya en el Libro Azul, primer esbozo de su programa de
gobierno, sitúa las raíces de su pensamiento en el de Simón Rodríguez, el de
Simón Bolívar y el de Ezequiel Zamora. Y al proponer una nueva Carta Magna,
afirma que “La Constitución Nacional del modelo de sociedad original debe ser
pertinente y perfectamente compatible con los demás componentes de la
estructura estatal y social, especialmente en el orden económico, social,
cultural y geopolítico”.
Sin
el conocimiento de un pasado común carecerían de sentido un presente
compartido y un futuro en proyecto. Sin una conciencia de nacionalidad no
tendrían base los movimientos de defensa de nuestros recursos. Sin un sentimiento de pertenencia
regional no funcionarían los planes de
integración. Sin una tabla igualitaria de valores no sería posible el
igualitarismo socialista.
5
Confiere
el pueblo el poder a Hugo Chávez Frías para que el pueblo lo ejerza.
La
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999 es una de las
pocas del mundo sancionada por referendo popular. Según lo prometido, intenta
ser compatible con el orden cultural; es una de las leyes fundamentales que
más disposiciones dedica al tema.
Muchísimas
mentes colaboran en el proyecto de Constitución; Chávez mantiene la
distancia, pero podemos inferir que las disposiciones más resaltantes no
difieren de su pensamiento. Para no ser prolijos, citemos sólo parte de las
culminantes: “Artículo 98. La creación cultural es libre. Esta libertad
comprende el derecho a la inversión, producción y divulgación de la obra
creativa, científica, tecnológica y humanística, incluyendo la protección
legal de los derechos del autor o de la autora sobre sus obras (…). Artículo
99. Los valores de la cultura constituyen un bien irrenunciable del pueblo
venezolano y un derecho fundamental que el Estado fomentará y garantizará,
procurando las condiciones, instrumentos legales, medios y presupuestos
necesarios. Se reconoce la autonomía de la administración cultural pública en
los términos que establezca la ley (…). Artículo 100. Las culturas populares
constitutivas de la venezolanidad gozan de atención especial, reconociéndose
y respetándose la interculturalidad bajo el principio de igualdad de las
culturas. La ley establecerá incentivos y estímulos para las personas,
instituciones y comunidades que promuevan, apoyen, desarrollen o financien
planes, programas y actividades culturales en el país, así como la cultura
venezolana en el exterior (…). Artículo 101. El Estado garantizará la
emisión, recepción y circulación de la información cultural. Los medios de
comunicación tienen el deber de coadyuvar a la difusión de los valores de la
tradición popular y la obra de los artistas, escritores, escritoras, compositores,
compositoras, cineastas, científicos, científicas y demás creadores y
creadoras culturales del país (…)”. La cultura es libre, es bien
irrenunciable del pueblo que el Estado fomentará y garantizará, las culturas
populares gozan de protección especial. El Estado y los medios de
comunicación garantizarán la emisión, recepción y circulación de la
producción cultural.
6
Entra
en vigencia la nueva Constitución. Se da el hecho insólito de que desde el
poder Hugo Chávez Frías disuelva sucesivamente varias organizaciones
revolucionarias, para constituir a partir de ellas otras en su concepto menos
imperfectas.
En
abril de 2010 aprueba sus estatutos el Partido Socialista Unido de Venezuela
“bajo la dirección del Presidente Comandante Hugo Chávez Frías”. Su declaración
de Principios, en el artículo 37, pauta que “La revolución es un cambio
cultural que debe construirse todos los días en el seno del partido;
individual y colectivamente; en nuestras prácticas sociales, valores y formas
de relacionarnos con el pueblo; debe significar una ruptura radical con la
forma de hacer política y los valores inherentes a la sociedad capitalista;
debe aproximarnos al ideal del nuevo hombre y la nueva mujer plenos en
sabiduría, bondad, solidaridad, igualdad, dignidad y coherencia”. Revolución
es cambio, es ruptura, es cambio de valores, es el ideal del nuevo hombre y
la nueva mujer, es sabiduría, bondad, solidaridad, igualdad, dignidad,
coherencia. Es cultura.
7
En
2013 es sancionado el Plan de la Patria, Programa de Gobierno Bolivariano
2013-2019 y Testamento Político de Hugo Chávez Frías. Monumental legado que
toca el tema de la cultura en decenas de sus disposiciones. Citemos apenas
algunas a título de muestra:
“Objetivo
Nacional
5
.3. Defender y proteger el patrimonio histórico y cultural venezolano y nuestroamericano.
Objetivos
Estratégicos y Generales
5.3.1.
Contrarrestar la producción y valorización de elementos culturales y relatos
históricos generados desde la óptica neocolonial dominante, que circulan a través de los medios de
comunicación e instituciones educativas y culturales, entre otras.
5
.3.1.1. Involucrar a las instituciones públicas y al Poder Popular en la
producción de críticas contundentes a las formas culturales y a las
reconstrucciones históricas dominantes.
5
.3.1 .2. Promover la producción de contenido educativo, tales como textos
escolares, para generar consciencia histórica y formar críticamente las
nuevas generaciones.
5.3.2.
Fortalecer y visibilizar los espacios de expresión y fomentar mecanismos de
registro e interpretación de las culturas populares y de la memoria histórica
venezolana y nuestroamericana.
5.3.2.1.
Fortalecer los procesos que visibilicen la identidad histórica comunitaria,
identificando los espacios de expresión y formas populares de reproducción de
la memoria histórica, y fomentando la expresión de las diversas
manifestaciones culturales tradicionales.
5.3.2.2.
Promover la organización del Poder Popular para el registro e interpretación
de la memoria histórica y la difusión y expresión de las culturas populares.
5
.3 .2 .3. Garantizar la protección del patrimonio cultural popular y de la
memoria histórica, a través de la formación integral permanente y continua de
los promotores culturales del Poder Popular.
5
.3 .2 .4. Involucrar a los museos y otras instituciones de interés histórico
y cultural, en el plan de conservación y valorización del Patrimonio cultural
e histórico popular.
5
.3 .2.5. Impulsar la creación de espacios históricos culturales comunitarios
en toda la geografía nacional.
5.3.3.
Promover una cultura eco socialista, que revalorice el patrimonio histórico
cultural venezolano y nuestroamericano.
5.3
.3.1. Impulsar debates dentro de las organizaciones del Poder Popular sobre
la vivencia cultural y las identidades, para el análisis de la situación
actual y los cambios que se necesitan en la construcción del eco socialismo.
5.3
.3.2. Incorporar a las organizaciones populares en el diseño de las políticas
culturales, impulsando iniciativas como los comités de cultura de los consejos
comunales entre otras.
5
.3 .3.3. Desarrollar estrategias de liberación y emancipación cultural,
poniendo especial énfasis en grupos sociales especialmente vulnerables, tales
como los grupos sexodiversos, mujeres, estudiantes, niños y niñas,
afrodescendientes, entre otros, con la finalidad de garantizar el respeto de
sus derechos e identidades.
5
.3 .4. Elaborar estrategias de mantenimiento y difusión de las
características culturales y de la memoria histórica del pueblo venezolano.
5.3
.4.1. Producir y difundir materiales sobre la historia de los grupos
históricamente invisibilizados y la memoria histórica y cultural de Nuestra
América, especialmente en las bibliotecas públicas y escolares, así como en
los medios masivos de comunicación.
5
.3 .4 .2. Ejecutar un plan nacional e internacional de difusión de la cultura
tradicional y de la memoria histórica y contemporánea.
5
.3 .4 .3. Fomentar y garantizar la producción independiente y comunitaria de
las artes”.
8
Excedería
de los límites de la presente exposición apenas esbozar el conjunto de
instituciones, organizaciones, obras y eventos desarrollados para
materializar estos principios en escasos catorce años de poder.
Citemos
una vez más indicadores de esta acción cultural. Desaparece el analfabetismo.
Venezuela se convierte en el tercer país lector de América Latina. Uno de
cada tres venezolanos estudia. Uno de cada diez lo hace en educación
superior. Más de las tres cuartas partes lo hacen en instituciones gratuitas.
Se crean 16 nuevas universidades. Los medios de servicio público pasan, de
una radio y una televisora, a 6 televisoras, una decena de radios y más de
tres centenares de emisoras comunitarias y alternativas. Se crean Telesur,
nuevas y poderosas editoriales del Estado, una Villa del Cine, una
Universidad de las Artes. Se crean sistemas de protección para artistas y
creadores y para el patrimonio cultural.
Apenas
son el marco adecuado para el desarrollo de las tareas que hasta hace poco
los venezolanos cumplíamos en forma no institucional, subversiva, desamparada
y casi salvaje: conocernos, comprendernos, criticarnos y sin embargo
transformarnos y celebrarnos por las
vías poderosas de la invención, la creación y el amor. Todo lo que hoy se
busca eliminar mediante el terrorismo que invoca para
Venezuela el Golpe de Estado, la secesión territorial y la intervención
extranjera. Colaboración especial para LatinPress®. LPs.
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