miércoles, 22 de septiembre de 2010

“La gente pensante de este país”

Que murió Nosequién desde hace tres días y el gobierno lo mantiene oculto, que Pdvsa está quebrada, que hay aquelarres santeros en los sótanos de Miraflores, que ya la Asamblea Nacional tiene lista la ley que a) abroga la patria potestad, b) prohíbe o limita el libre ejercicio profesional y otras expresiones propias, como ves, de la inteligencia superior de la gente pensante de este país.

Con esta frase afirman su supuesta “superioridad” sobre la chusma, los patenelsuelo, los tierrúos, los desdentados, los chaburros y otras expresiones propias de gente cristiana. Claro, el Cardenal dijo que los pobres deben trabajar para los ricos. Pero es mentira: no son inteligentes, no son cultos, no son cristianos, no son demócratas. Lo demuestran cada vez que dicen una cualquiera de sus tantas burradas y cada vez que proclaman una opresión de las tantas, míralo en http://bit.ly/bSRq8n. Pero divago.

El punto es que expresan tosquedades increíbles, como que los bombillos ahorradores sirven para que Fidel oiga las interesantísimas conversaciones que sostienen los opositores venezolanos. Y lo dice gente con posgrados, sin pestañear.

Hay quien samaritanamente piensa que hay que convencerlos con buenos argumentos. No estaría mal, claro, una política comunicacional dirigida a las clases medias, sería una medida higiénica para aliviarles el pánico, pero la miga está en otra parte.

Esos argumentos ridículos sirven para disculpar los verdaderos: les enfurece y desespera que los pobres tengan lo que tienen que tener, como dice Nicolás Guillén. Léelo en http://bit.ly/cxaUhE. Que más de 4000 niños, casi todos pobres, se hayan salvado y vivan hasta la vejez gracias a una operación gratuita en el Hospital Cardiológico Infantil. Y ven rojo cuando se enteran de que eso está disponible para ellos también. ¡Primero muerto que igual!, gritan. Óyelos en http://bit.ly/9SipCj

Haz la prueba. Cuando te vengan con que Pudreval diles algo como esto: “OK, te propongo que hablemos siete horas de Pudreval, pero vamos a hablar cinco minutos de la Misión Milagro”.

A que no aceptan... Pero si aceptan háblales. Si no... Bueno, hay muchas cosas más provechosas que hacer, como leer un buen libro.

LQQD (lo que quería demostrar).

roberto.hernandez.montoya@gmail.com

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