|
Tengo
la tendencia a leer la prensa al revés. Desde hace años, aprendí, a
golpes de realidad, a escrutar cada conjugación verbal, cada adjetivo,
cada signo de puntuación cuando de noticias se trata.
Cuántas
veces tomé un cafecito en una panadería abarrotada de clientes
cafeteros mientras leía en el periódico que no había café. Cuántos
titulares apocalípticos, citando a genéricos expertos que anunciaban con
amenazadores verbos condicionales pesadillas horrorosas por venir. Y el
incauto que no preguntó ¿qué expertos?, ni leyó más allá del titular,
porque el periódico se lee rapidito, en letras grandes y escandalosas;
el pobre incauto sentado al lado de mi mesa, cuántas veces tomó el café
que no había con manos temblorosas, esperando un horrendo desenlace que
nunca llegó.
“Permítanos
pensar por usted” es la filosofía de los grandes medios y pensando por
nosotros, no para nosotros, imponen su agenda con vaselina, asignándonos
y jerarquizando preocupaciones, definiendo héroes y villanos mientras
usted revuelve su café.
Una
foto dice más de mil palabras, pero los medios las titulan con dos
palabras te ahorran el tiempo de pensar en las mil palabras que en esa
foto puedes leer. ¡Brutal Represión! y una persona en medio de
una humareda con cara de “¡Help“, sin más referencias, sin un contexto
que te permita dudar. Imágenes similares en lugares distintos tituladas
según la necesidad. Y es así como en Venezuela un encapuchado en una
humareda es víctima de una ¡Brutal Represión!, mientras en España un
encapuchado es un “Violento Antisistema”. Y lo ves y tu cerebro no dice
ni pío porque, claro, alguien está pensando por ti.
Así
hoy sabemos que el mundial de Brasil merece nuestra condena, por la
explotación, la corrupción y el realero… Nada que ver con Dilma y su
gobierno progresista, ni con las elecciones que vienen. Porque fíjate
qué Waka Waka fue del Mundial de Sudáfrica que nadie dijo nada, no hubo
fotos de negritos pobres protestando ni pasando hambre siquiera, aunque
si te fijas en Brasil, ni negritos ni pobres son los que protestan, más
bien se parecen a los que estaban en el estadio el día de la
inauguración, pitando a Dilma desde sus asientos carísimos para
mostrarle su rechazo por el desastre y la injusticia que supone este
Mundial.
Y de la FIFA, ni pío, eso sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario