por Carola Chávez
O sea, lo que es un país civilizado y la mala suerte de haber nacido
aquí, o sea, y eso yo que yo amo a Venezuela, o sea, aunque me iría
demasiado, of course. Resulta que estaba leyendo la última revista
¡Hola! que compró la mi tía, porque yo no la compro, o sea, porque esa
revista, como todo en este pobre país, es carísima, o sea, típica
estrategia comunista diseñada en La Habana para acabar con la libertad
de expresión, o sea, aunque mi mamá dice que no solo La Habana tiene sus
manos metidas en este y otros importantes asuntos de interés nacional,
sino que también las mete un chino horrible que es dictador de Corea del
Norte y que tiene nombre de surfista, o sea Kim, para confundirnos,
pero no, a mi no me confunden porque nunca vi a un surfista gordo y
pensándolo bien, o sea, tampoco recuerdo haber visto a un surfista
chino, o sea…
Pero no quiero hablar del chino Coreano sino de España, un país moderno del primer mundo, o sea, donde el mismísimo Rey renuncia para darle paso a la juventud, o sea, a su hijo más joven que tiene que ser Rey ya porque en unos años sería viejo, o sea… Y renunció el Rey sin necesidad de guarimbas, sin que los estudiantes tuvieran que incendiar el país, o sea, qué calidad de Jefe de Estado, o sea, eso es escuchar al pueblo incluso antes de que hable, o sea, qué envidia.
Eso es clase, o sea, no como aquí, claro, porque aquí no tenemos un Rey sino, o sea, un chofer de autobús que de clase no sabe nada porque él ni siquiera estudió, o sea, no entró a clases.
Así, en España tendrán un Rey nuevo, joven y mejor aún, catire, casado con una Reina elegante y fotogénica, plebeya, o sea, que cualquiera de nosotras podría triunfar, que proyectan al mundo una imagen que dice, somos súper millonarios, o sea, España va bien. Y en Venezuela ¿qué proyectamos? Un señor que baila salsa y toca tambor, tipo Kunta Kinte, o sea, y yo no soy racista pero, o sea, ¡par favar!, cada cosa en su lugar.
O sea, que no seguimos el ejemplo, que hasta el Papa, que lo eligió el mismísimo Dios, renunció, pero este señor aquí no renuncia, ni que baje Dios del cielo, o sea, porque no cree en la democracia, o sea, típico comunista ateo.
Por eso es que Venezuela está condenada a no ver su Presidente en la portada de ¡Hola!, o sea, a menos que ¡Maduro vete ya!
Ki$$e$
Kiki
Pero no quiero hablar del chino Coreano sino de España, un país moderno del primer mundo, o sea, donde el mismísimo Rey renuncia para darle paso a la juventud, o sea, a su hijo más joven que tiene que ser Rey ya porque en unos años sería viejo, o sea… Y renunció el Rey sin necesidad de guarimbas, sin que los estudiantes tuvieran que incendiar el país, o sea, qué calidad de Jefe de Estado, o sea, eso es escuchar al pueblo incluso antes de que hable, o sea, qué envidia.
Eso es clase, o sea, no como aquí, claro, porque aquí no tenemos un Rey sino, o sea, un chofer de autobús que de clase no sabe nada porque él ni siquiera estudió, o sea, no entró a clases.
Así, en España tendrán un Rey nuevo, joven y mejor aún, catire, casado con una Reina elegante y fotogénica, plebeya, o sea, que cualquiera de nosotras podría triunfar, que proyectan al mundo una imagen que dice, somos súper millonarios, o sea, España va bien. Y en Venezuela ¿qué proyectamos? Un señor que baila salsa y toca tambor, tipo Kunta Kinte, o sea, y yo no soy racista pero, o sea, ¡par favar!, cada cosa en su lugar.
O sea, que no seguimos el ejemplo, que hasta el Papa, que lo eligió el mismísimo Dios, renunció, pero este señor aquí no renuncia, ni que baje Dios del cielo, o sea, porque no cree en la democracia, o sea, típico comunista ateo.
Por eso es que Venezuela está condenada a no ver su Presidente en la portada de ¡Hola!, o sea, a menos que ¡Maduro vete ya!
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