sábado, 1 de junio de 2013

Pensamientos de un terrícola venezolano.

Pensamientos de un terrícola venezolano.

Estamos en una situación donde la oligarquía y los intereses de los Estados Unidos, léase petróleo, están dándole con todo al pueblo venezolano y lo más lamentable es que, parte de ellos está de acuerdo con las andanzas del perdedor.
Acaparan alimentos, cortan el fluido eléctrico, matan ciudadanos, queman centros de atención médica, y casas de partido del Gobierno sin que pase nada, es decir, justicia.
Tras la muerte del Comandante Presidente Hugo Chávez, los revolucionarios quedaron en un estado vegetativo, un mes de duelo y de lamentaciones, lloradera y honores, por demás muy merecidos al Jefe Supremo del Proceso.
Cuando salió el Vice-Presidente, Nicolás  apesadumbrado  a dar tan desgarradora notica de la expiración de uno de los hombres más polémicos del siglo XX, pareciera que a los Venezolanos, todos, sin excepción, les trasformo la vida. No mencionemos el impacto mundial por semejante noticia.
Para sus seguidores fue la pérdida del líder, del hombre que sembró de esperanzas desde aquel “Por Ahora”  y que le dio un lugar a los que poco o nada tenían en la vida razones para vivirla.
Para sus opositores fue la resurrección del fin de 12 años de no pisar Miraflores, de no tener la caja chica de PDVSA, del control de la economía y el regreso de venta de la Patria sus amos gringos.
Durante este lapso de pasiones encontradas, cada quien se dedicó a lo que creía que debería ser el nuevo sentido de la vida ante la ausencia del Teniente Coronel.
Unos a planificar el regreso al Palacio de Misia Jacinta  y los otros a pensar en las perdidas de los motivos que les dio aquel 4 de febrero para seguir viviendo, las pensiones, la salud, la educación, es decir , la vida misma.
Y en menos de un mes se perdieron y se ganaron un millón de votos, para cada bando su inventario, para los que lo ganaron se dedicaron a planificar, de por las buenas o de por las malas la toma del poder con el apoyo de unos medios de desinformación que no han parado en querer regresar a ser el Quinto Poder. A nombrar Ministros y presidentes de organismos nacionales.
Mientras el Gobierno, con un candidato que no quería estar en el lugar del Jefe, porque el Jefe era el Jefe y nadie lo podría, ni lo podrá suplantar en nada y con una  oposición que trato de ser Chávista, con un asesoramiento que dejaría  empeñada a Patria la por muchos años en el supuesto negado de un triunfo.
Hoy día es necesario ya dejar de vivir del recuerdo, de la imagen del Comandante Eterno, no quiere decir esto olvidarlo, jamás, pero el Presidente y nuevo líder es Nicolás Maduro Morros, acompañado  por supuesto, de todo el equipo que estaba con Chávez y, pero sobre todo, de pueblo.
El Presidente lo está haciendo bien, por algo fue que Él  lo dejo como su sucesor, Él sabía o que hacía, no hay discusión al respecto, es una orden y las órdenes se cumplen o la revolución  se acaba.
Dice el argot popular en los juegos  cuando un equipo es malo y nunca gana y de repente gana “Les salió el Cochinito muelon”, al perecer esto lo que le paso a la oposición con Maduro. Tiene la enseñanza del Maestro, le acompaño como Canciller y tiene guáramo.
Pero, y siempre en bendito pero, Nicolás necesita del concurso de todos, de las instituciones, del millón de votos que se esfumaron en un mes y que al menos, la mitad se fue confundido o no salieron a votar porque “Maduro no es Chávez”.
El pueblo reclama de las autoridades la falta de Justicia ante los delincuentes que cometieron, y siguen cometiendo delitos tales como mandar a matar, quemar, acaparar  y por sobre todo, la traición a la Patria, quizás el más grave.
Mientras esto no ocurra, no habrá Paz y respeto a las instituciones, y si seguimos así, pronto pisaran Miraflores, ya han entrado pero han vuelto a salir, ¿Será que queremos que se queden? En las órdenes del equipo de Gobierno está lo que quieran que pase.
Lo que más temo no es que la revolución se acabe, sino la forma como se puede acabar, por balas o por votos, he allí el dilema. No se debe esperar a averiguarlo y menos pedir por una invasión o porque el pueblo salga a la calle en busca de Justicia.


                                                                       Jorge Ramón Ramírez

                                                                        Terrícola Venezolano

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