martes, 19 de marzo de 2013

Estado de Derecho....


Estado  de  derecho
(‘american dream’ ?  or american nightmare?)
 (Sueño Americano i Pesadilla Americana ?)
                                                          David Brooks

Este país (EEUU) se congratula de impartir justicia de manera imparcial y transparente, donde todos, sin importar origen ni poder, están sujetos al ‘Estado de Derecho’.  Aquí hay  ‘justicia igualitaria para todos’,  como dice una de las frases de los juramentos patrióticos escolares.

Claro,  aceptan que no es perfecto.  Se lamenta que es el país más encarcelado del mundo (más de 2 millones de presos), que hay una disparidad racial obvia en quien está detrás de las rejas del sistema penal; que a veces hay corrupción,  y que ha habido muchos inocentes encarcelados,  y,  tal vez,  hasta ejecutados.

De hecho, ‘Innocence Project’,  organización nacional de litigio y políticas públicas, registra que desde 1989 se ha exculpado a 303 reos,  al aplicar pruebas de ADN que comprobaron su inocencia  (después de haber pasado en promedio 14 años tras las rejas).  De estos,  18 estaban en la fila de la muerte para ser ejecutados.

Pero durante la última semana se demostró que el sistema de justicia tiene nuevos problemas,  algunos de los cuales ponen en duda eso del  ‘Estado de Derecho’.

Para empezar, el Procurador General, Eric Holder, quien encabeza el Departamento de Justicia,  admitió ante un comité del Senado que existen entes ‘tan poderosos’ que no pueden ser fiscalizados por sus delitos.

Es el caso del delincuente Banco Trasnacional HSBC, que aceptó ser responsable de lavado de dinero procedente de cárteles del narcotráfico mexicanos y colombianos, así como de manejar fondos de regímenes y organizaciones calificados oficialmente de terroristas.

Cuando el senador republicano Charles Grassley  preguntó a  Holder  por qué el Departamento de Justicia decidió no presentar cargos criminales contra HSBC y sus ejecutivos, el Procurador, sin mencionar por el nombre al banco, respondió:  me preocupa que el tamaño de algunas de estas instituciones llega a ser tan grande,  que se vuelve difícil para nosotros fiscalizarlos, y más  cuando nos golpean indicaciones de que si procedemos a presentar cargos criminales, estos tendrán un impacto negativo en la economía nacional, incluso en la mundial.  El banco aceptó pagar una multa de 1.9 mil millones de dólares  sin que ninguno de sus ejecutivos fuera sometido a un juicio.

Uno espera problemas para poder llevar a un criminal ante la justicia  cuando éste huye a un país hostil,  pero escandaliza que el Departamento de Justicia no pueda proceder contra una actividad criminal, cuando ese alguien simplemente entra por las puertas de un megabanco de Wall Street, comentó el senador demócrata Sherrod Brown, en reporte del Washington Post.

Robert Borosage,  codirector de ‘Campaign for America’s Future’,  comentó que el Procurador General, Holder,  expresó abiertamente lo que ya era evidente: el Departamento de Justicia cree que los bancos demasiado grandes como para permitir su colapso,  son también demasiado grandes como para encarcelar a sus directivos.

Por otro lado,  la semana pasada ocurrió otro intercambio que provocó dudas sobre dónde empieza y termina el ‘Estado de Derecho’.  Ante una pregunta del senador republicano ultraconservador Rand Paul,  sobre si el Presidente (Obama) podía ordenar un ataque de un drone  (avión no tripulado)  contra un estadunidense, en territorio nacional, el Procurador Holder primero respondió que podría visualizar circunstancias extraordinarias donde sería necesario y apropiado emplear lo que aquí se llama ‘fuerza letal’.  Las reglas  y  justificación legal para el uso de drones por el gobierno de Obama se mantienen como secreto oficial en este país.

Rand Paul,  senador republicano de ala ultraconservadora,  cuestionó desde el pleno al Procurador General Eric Holder,  respecto de si el gobierno autoriza el uso de drones contra connacionales en territorio estadunidense, lo cual desató un intenso debate en el Congreso en días pasados.  ¿Somos tan complacientes con nuestros derechos que le permitiríamos a un Presidente decir que podría matar a estadounidenses?  A ninguna persona,  a ningún político debería permitírsele...  juzgar la culpabilidad de un individuo  y  además ejecutarlo.  Eso va en contra todo lo que fundamentalmente creemos en este país,  declaró Paul desde el pleno.

Pocos después,  ante el estallido de un debate por lo que dijo,  Holder intentó modificar su afirmación y decidió enviar tal vez una de las respuestas oficiales más breves de la historia a Paul:  “Ha llegado a mi atención que usted ha hecho una pregunta adicional.  ‘¿Tiene el presidente la autoridad de usar un drone artillado para matar a un estadunidense, que no participa en combate, en suelo americano?’  La respuesta a esa pregunta es  no”…

Lo que nadie pregunta, tal vez porque la respuesta es obvia, es si el Presidente o su gobierno pueden ordenar el asesinato de cualquier extranjero en cualquier parte del mundo.

Mientras tanto,  a pesar de los balazos en las calles de este país (EEUU) todos los días,  que perturban la paz y orden público que se supone existen en un Estado de Derecho,  por ley se garantiza el derecho a un arma.  Mientras se debate este derecho sagrado después de la matanza de tantos niños en la Escuela Primaria de Newtown, en Connecticut,  con armas obtenidas legalmente, desde ese 14 de diciembre sangriento,  en este país,  2 mil 574 personas más han muerto a causa de armas de fuego,  según cómputos de la Revista Cibernética Slate.  En este contexto,  fue notable la noticia de que el estado de Dakota del Sur se haya convertido en el primero de la unión,  en promulgar una ley que explícitamente autoriza a todo empleado escolar, incluidos los maestros, a portar armas en su trabajo.  Claro,  ‘para proteger a los alumnos  y  a sí mismos’,  de tantos locos con tantas armas.

A todo esto lo llaman  ‘Estado de Derecho’…

Como decía el gran historiador Howard Zinn al intentar dilucidar por dónde tiene uno que empezar a ver a este país (y al mundo): “Yo parto de la suposición de que el mundo está al revés,  de que las cosas están mal,  de que en la cárcel están quienes no deben estar  y  fuera de la cárcel hay gente que debería estar dentro,  que en el poder hay personas que no deberían estar allí  y  quienes deberían estar en el poder  no están… ”.

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