Pensamientos de un terrícola
venezolano.
Estamos en una situación donde la oligarquía y los intereses
de los Estados Unidos, léase petróleo, están dándole con todo al pueblo venezolano
y lo más lamentable es que, parte de ellos está de acuerdo con las andanzas del
perdedor.
Acaparan
alimentos, cortan el fluido eléctrico, matan ciudadanos, queman centros de atención
médica, y casas de partido del Gobierno sin que pase nada, es decir, justicia.
Tras la
muerte del Comandante Presidente Hugo Chávez, los revolucionarios quedaron en
un estado vegetativo, un mes de duelo y de lamentaciones, lloradera y honores,
por demás muy merecidos al Jefe Supremo del Proceso.
Cuando salió
el Vice-Presidente, Nicolás apesadumbrado a dar tan desgarradora notica de la expiración
de uno de los hombres más polémicos del siglo XX, pareciera que a los
Venezolanos, todos, sin excepción, les trasformo la vida. No mencionemos el
impacto mundial por semejante noticia.
Para sus
seguidores fue la pérdida del líder, del hombre que sembró de esperanzas desde
aquel “Por Ahora” y que le dio un lugar
a los que poco o nada tenían en la vida razones para vivirla.
Para sus
opositores fue la resurrección del fin de 12 años de no pisar Miraflores, de no
tener la caja chica de PDVSA, del control de la economía y el regreso de venta
de la Patria sus amos gringos.
Durante este
lapso de pasiones encontradas, cada quien se dedicó a lo que creía que debería ser
el nuevo sentido de la vida ante la ausencia del Teniente Coronel.
Unos a
planificar el regreso al Palacio de Misia Jacinta y los otros a pensar en las perdidas de los
motivos que les dio aquel 4 de febrero para seguir viviendo, las pensiones, la
salud, la educación, es decir , la vida misma.
Y en menos
de un mes se perdieron y se ganaron un millón de votos, para cada bando su
inventario, para los que lo ganaron se dedicaron a planificar, de por las
buenas o de por las malas la toma del poder con el apoyo de unos medios de
desinformación que no han parado en querer regresar a ser el Quinto Poder. A
nombrar Ministros y presidentes de organismos nacionales.
Mientras el
Gobierno, con un candidato que no quería estar en el lugar del Jefe, porque el
Jefe era el Jefe y nadie lo podría, ni lo podrá suplantar en nada y con una oposición que trato de ser Chávista, con un
asesoramiento que dejaría empeñada a
Patria la por muchos años en el supuesto negado de un triunfo.
Hoy día es necesario
ya dejar de vivir del recuerdo, de la imagen del Comandante Eterno, no quiere
decir esto olvidarlo, jamás, pero el Presidente y nuevo líder es Nicolás Maduro
Morros, acompañado por supuesto, de todo
el equipo que estaba con Chávez y, pero sobre todo, de pueblo.
El Presidente
lo está haciendo bien, por algo fue que Él lo dejo como su sucesor, Él sabía o que hacía,
no hay discusión al respecto, es una orden y las órdenes se cumplen o la revolución
se acaba.
Dice el
argot popular en los juegos cuando un
equipo es malo y nunca gana y de repente gana “Les salió el Cochinito muelon”,
al perecer esto lo que le paso a la oposición con Maduro. Tiene la enseñanza
del Maestro, le acompaño como Canciller y tiene guáramo.
Pero, y siempre
en bendito pero, Nicolás necesita del concurso de todos, de las instituciones,
del millón de votos que se esfumaron en un mes y que al menos, la mitad se fue
confundido o no salieron a votar porque “Maduro no es Chávez”.
El pueblo reclama
de las autoridades la falta de Justicia ante los delincuentes que cometieron, y
siguen cometiendo delitos tales como mandar a matar, quemar, acaparar y por sobre todo, la traición a la Patria, quizás
el más grave.
Mientras
esto no ocurra, no habrá Paz y respeto a las instituciones, y si seguimos así,
pronto pisaran Miraflores, ya han entrado pero han vuelto a salir, ¿Será que
queremos que se queden? En las órdenes del equipo de Gobierno está lo que
quieran que pase.
Lo que más
temo no es que la revolución se acabe, sino la forma como se puede acabar, por
balas o por votos, he allí el dilema. No se debe esperar a averiguarlo y menos
pedir por una invasión o porque el pueblo salga a la calle en busca de Justicia.
Jorge
Ramón Ramírez
Terrícola Venezolano
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