¡Ajá!
Ahora si es verdad que los chavistas no van a saber dónde meterse,
empezando por Diosdado, cuyo nombre no puedo mencionar sin que se me
ponga la piel de gallina de tanto miedo y repulsión, debo confesarlo…
Pero ahí está temblando, el muy bicho, porque el digno gobierno de los
USA le quitó la visa, y con toda la razón porque, no conforme con ser
chavista, le dio también por ser amigo Osama Bin Laden, así como lo
oyen, y con ese tipo de juntas, no señor, usted no puede pretender
entrar a Disney World ni pasear por Miami Beach impunemente… Ahora vaya a
ver cómo va a vivir el resto de su vida, si es que, sin visa americana,
se le puede seguir llamando vida. ¿De qué le va a servir ser dueño de
media Venezuela si no se puede ir a gastar los reales en el Aventura
Mall? Bendito sea el Departamento de Estado que por algo se empieza pero
queremos más.
La
Venezuela decente exige a la Comunidad Internacional, severas sanciones
contra nuestro país: Estamos hartos de ser ignorados y puestos siempre
de últimos a la hora de las intervenciones humanitarias. Pareciera que
siempre hay algo más urgente que invadirnos a nosotros, y uno se cansa,
sinceramente, porque lo de Libia se entiende, lo de Siria también, pero
¿Ucrania?… ¿Qué tiene Ucrania que no tengamos nosotros? ¿Y la MUD? Bien
gracias… Ya no soy oposición, ¡soy resistencia!
Al
menos la farándula nos mira: Antonio Banderas, el mismísimo Gato con
Botas, acaba de declarar que no le gusta Nicolás, pero luego va y se
desbarranca diciendo que la solución es el voto. ¡El voto! Se nota que
Banderas no tiene ni idea de lo que es una dictadura, se nota que no
sabe que faltan años para las próximas elecciones, y lo peor, se nota
que no sabe que cada vez que votamos los chavistas nos ganan porque son
más, cuantitativamente hablando claro, porque el voto de calidad es
nuestro, pero la calidad no cuenta para un sistema electoral creado para
preservar la mediocridad. Antonio Banderas no sabe, pero nos nombró y
generó titulares y eso se le agradece.
Y
como el que se cansa pierde, yo sigo soñando con una invasión de
Marines que le traigan a mi amada Venezuela “un aire de país”. Y sigo
activada por mi Twitter insultando a chavistas y montando fotos aunque
sean falsas para que el mundo vea que SOS Venezuela, o sea, que help.
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