Hampa contrarrevolucionaria
El delincuente es un contrarrevolucionario que debe ser atacado sin contemplaciones...
JOSE G. VIELMA MORA | EL UNIVERSAL
sábado 17 de marzo de 2012 12:00 AM
El preámbulo de nuestra Constitución hace énfasis en los valores de la vida, la libertad, la paz, la solidaridad y el bien común, derechos estos que son infringidos cada vez que aparece la "violencia" en un hurto, robo, secuestro, lesión o muerte. El reconocer que con el neoliberalismo la pobreza llegó alcanzar un 67% de la población, que la hegemonía comunicacional capitalista es responsable de una transculturización en los hábitos de consumo, y que existan limitantes socioeconómicas para el acceso al status de vida de los de mayor poder adquisitivo, no puede, en modo alguno, justificar cualquier conducta que transgreda la convivencia social e irrumpa brutal y drásticamente contra los derechos inherentes a la condición humana.
Es así que El Libertador le dirá al general Bartolomé Salom en carta del 15 de enero de 1824: "la impunidad de los delitos hace que estos se cometan con más frecuencia". El presidente Chávez, ha sido vehemente en afirmar que: "tenemos que devolver la seguridad y la felicidad plena en cada calle de Venezuela en la lucha contra el hampa, contra el delito". El pueblo chavista, va en procura de crear su propio socialismo inspirado en la justicia social, el dominio de la tecnología, el trabajo, la productividad y la independencia nacional, con el objeto de asegurar el mejor nivel de vida a la población y una justa distribución de la riqueza". Para ello se procura la democratización de los medios de producción y, paralelamente, se han ido reduciendo efectivamente los niveles de pobreza para disminuir la injusticia y la desigualdad social en procura del hombre nuevo, solidario y no alienado.
Paralelamente, el presidente Chávez ha ordenado que se trabaje en la creación del sistema de prevención ciudadana, la constitución de un sistema integrado de policía, la creación y expansión de la Policía Nacional, la transformación de los cuerpos estadales, municipales, del CICPC, de la justicia penal, así como la formación de la Guardia del Pueblo para hacer más efectiva la lucha contra los ilícitos.
El delincuente es un contrarrevolucionario que debe ser atacado sin contemplaciones dentro del marco legal, pero más importante aún es que él mismo, viendo los logros de inclusión, se auto-rehabilite, gire 180 grados e incluso se haga un buen conciudadano.
Los que quieran patria, vengan con Chávez.
jgvielmamora.opinion@gmail.com
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