lunes, 29 de diciembre de 2014

LA OPOSICIÓN VENEZOLANA

LA OPOSICIÓN VENEZOLANA, ALLÁ Y AQUÍ: DE RODILLAS EN WASHINGTON, DE ESPALDAS A VENEZUELA. ¿ QUÉ HACER FRENTE A SUS AGRESIONES ? / Por Jesús Rafael Gamarra / Corriente Bolivariana Guevarista.
La oposición venezolana es absolutamente dependiente de las decisiones que le impone el imperio, y no ha logrado -en lo más mínimo- construir identidad de grupo, de intereses, y mucho menos, identidad de clase. Esto les impide advertir que, aún en este período de experimento revolucionario, existen grandes oportunidades para el desarrollo de una burguesía 'nacional'...
Pero, por supuesto, a los intereses imperiales no les sirve una burguesía 'nacional', con cierta autonomía, o autonomía cierta... sino una como 'la venezolana', que se siente yankee, mayamera, de allá; una como ésta, descaradamente dócil, sin formación política ni cultura política (de ahí que haya sido tan torpe).
Leopoldo López NO es un dirigente, es un obcecado facineroso. Él no sabe qué es, pero tampoco sabe para qué lo quieren. Por ello se le facilita actuar más como delincuente que como cuadro político; Capriles no tiene capacidad estratégica para conducir al estado Miranda, mucho menos le cabe el país en su cabeza. No tiene talante político, tiene más perfil de agitador de calle, pero tampoco acumula en esa fórmula; y María Corina Machado, la apátrida María, embajadora panameña, expone siempre la clave de todas las intervenciones yankees: “la transición”... y queda al descubierto como mensajera de Míster Obama. Ésta es otra títere, papel que le hace ver grotesca...
Es una lástima que la Revolución no tenga oposición, porque esta derecha actúa más como banda criminal. Esto facilita las cosas, porque de seguir con ese comportamiento, todos los nombrados y unos cuantos más, van a terminar judicializados por sus delitos y encarcelados. Al imperio le interesa este estado de cosas, el desorden, la inestabilidad, la tensión permanente, mientras estabiliza conflictos en otras regiones y encuentra otras figuras, porque éstas ya dieron lo que tenían que dar...
Enmarcada en este panorama, la Revolución ha gobernado en medio de un abierto proceso injerencista, en el cual la derecha, con todos sus factores, ha ensayado métodos abiertamente criminales, con formas de contracción de la economía, induciendo procesos recesivos, inflacionarios, estanflacionarios, e induciendo a la involución de las fuerzas productivas para profundizar la dependencia técnico-científica y el retorno al estado de colonización.
En estos momentos ha arreciado la guerra atroz contra el pueblo. Una guerra que busca la muerte por inanición de las mayorías históricamente empobrecidas; la burguesía chupa sangre, industrial, comercial y financiera, absorbe el salario de los trabajadores; el imperio y la burguesía abrieron otro frente de guerra contra los países de la OPEP, para liquidar -por la carambola de una baja de precios-, el ingreso de dólares necesarios para mantener el conjunto de Misiones Sociales.
El gobierno, antes con Chávez, ahora con Maduro, ha hecho frente a todas y cada una de las acciones vandálicas de la oposición delincuencial-criminal (porque no existe oposición en el marco de la democracia), y en todos esos escenarios la Revolución ha sorteado los impasses, ha recreado la política, ha inventado, ha tomado múltiples iniciativas, económicas, políticas, militares, judiciales, culturales... siempre al lado del pueblo, con el pueblo, para fortalecer la democracia revolucionaria, el poder popular para frenar los propósitos de la derecha.
DESDE LA IZQUIERDA
La izquierda venezolana sí ha hecho el ejercicio histórico y político de formar cuadros con proyección para ser estadistas; a diferencia de la derecha, que siempre se ha preparado para vivir en Miami.
Y es alarmante que debido a errores en los análisis históricos (y de coyuntura), y también por las equívocas decisiones políticas de algunos dirigentes y factores de la Revolución, se hayan adoptado posiciones y desarrollado visiones erradas frente al proceso.
No es tiempo oportuno para análisis sesgados, parciales y menos para decisiones que puedan minar la unidad de las bases, atomizando el movimiento político y fraccionando el poder popular. Este es un período muy complejo para el proceso, oportuno para los sacrificios de individualidades en función del desarrollo del colectivo, de la causa; es un tiempo propicio para posponer las posibilidades de figuración personal en aras de la consolidación de la unidad. Es tiempo para un sacrificio -incluso- generacional, en función de la consolidación de la revolución bolivariana...
Se ha demostrado el talante político y de estadistas de nuestros gobernantes revolucionarios, por su compostura, por la madurez de sus decisiones, por los múltiples frentes de trabajo en los que se mueve, sin detenerse un solo instante; es un gobierno que no se arredra ante nada, que siempre está tomando iniciativas y rectificando si es necesario.
El mundo está heredando una nueva arquitectura de la multipolaridad y en esa visión geopolítica hay un incontrovertible aporte y construcción de la revolución venezolana que indefectiblemente tiene incidencia en la política doméstica. Nunca antes tuvimos una diplomacia internacional tan proba y tan clara en el proyecto. Hoy por hoy, no hay un solo organismo multilateral de vieja data o de nuevo cuño, que no esté agenciado o incidido por 'el chavismo', desde la OPEP hasta UNASUR, desde los 'No Alineados' hasta el 'Consejo de Seguridad de la ONU'. Sólo el proceso de acumulación en el campo internacional debería bastar para indicarnos a los revolucionarios, que debemos rodear al gobierno y las instituciones de la revolución, que estamos avanzando, que se le está haciendo frente al enemigo.
Que la oposición desconozca los avances, esté de espaldas a la realidad venezolana y genuflexa ante Washington parece lógico, pero los demócratas, los revolucionarios y la gente de izquierda debemos disponernos para enfrentar, como una sola persona, la guerra. Este es un momento crucial en el que o la enfrentamos juntos o todos nos hundimos, y como alguna vez dijera Chávez: “lo que está en juego no es lo que hemos logrado sino lo que está por conquistarse”... No demos lugar a la desmoralización de las fuerzas revolucionarias.
El Gran capital oligopólico, el gobierno Obama y la derecha venezolana han impuesto la Guerra de 4a. Generación, la Guerra Económica y la Guerra de Baja Intensidad o Guerra Sucia. A esta arremetida hay que responder con la Guerra general de todo el pueblo, en absoluta unidad y bajo una sola conducción.
La estrategia orientada por el Presidente Maduro de crear los Consejos Presidenciales del poder popular por sectores de masas (mujeres, indígenas, obreros, campesinos-pescadores, estudiantes) está encaminada a que el pueblo asuma su papel de conducción de la revolución en este momento histórico.
¿ Vamos a abandonar la revolución por una harina, por un jabón, o por papel tualé ? * ¿ Vamos a culpar a la revolución y al gobierno por esto ? ¡No! Todos, intelectuales orgánicos, profesionales, servidores públicos, obreros, campesinos y estudiantes, vamos a involucrarnos en estos Consejos Presidenciales del Poder Popular por sectores de masas, vamos a responder a la guerra impuesta con más unidad y cohesión, con más moral, con movilización.
Nuestra propuesta ahora es: Masifiquemos el trabajo voluntario en jornadas de mantenimiento de canchas, plazas, escuelas; hagamos el trabajo voluntario comunitario en teatro, danza, títeres. Ni un solo líder revolucionario en los cafetines, vamos a las comunidades, moralicemos la fuerza.
¡ Nos asisten, no razones sagradas, sino razones históricas !
* P.D.: Cuando escucho a alguien quejarse, no por no conseguir champú o jabón, sino porque anda buscando alguno con unas características tales y cuales, recuerdo la guerra económica y el brutal bloqueo que le montó ese mismo imperio a Cuba, que tuvo años sin conseguir nada de eso, y los cubanos se las ingeniaron para crear champú con flores de cayena, desodorantes a base de bicarbonato y limón, y así, fueron inventando y creando lo básico necesario, para enfrentar aquella criminal guerra instalada, de la cual acaban de decir los gringos -después de 50 años de ignominia- que "no les sirvió para nada". Pero a ese pueblo digno en toda su dimensión, le sirvió para amalgamarse en torno a su dirigencia revolucionaria, que con todos los sacrificios lo dotó de lo más importante: educación, salud, comida y vida... pero, sobre todo, lo impregnó con su ejemplo, de DIGNIDAD, frente a la canalla internacional (MRA).

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