Comunicado M/G Jacinto Pérez Arcay
Publicado el 16/03/2013 en NOTICIAS
(Esto es para aquellos ciudadanos y ciudadanas que aun creen en el CAPriles....)
Quisiera no distraer un día como el de hoy, en que hube de despedir al grande Hugo Chávez, Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana, en asuntos inherentes a mi discurso, pero la derecha malvada e ignorante me obliga. Hay una intención continuada de hacer ver a quienes rodeamos al Comandante como armadores de una mentira grotesca. Hoy me ha tocado a mí ser blanco del veneno de los que siempre han pretendido frustradamente atacar a Hugo Chávez, y ahora quieren continuar la vil tarea sobre su memoria, su familia y sus amigos.
He dicho entre mis palabras dedicadas a mi alumno y maestro que “como el Negro Primero, llegaste de Cuba muerto, viene a decirles adiós porque estoy muerto, y dijiste tu última proclama”. Es racionalmente imposible que no se haya entendido, en el contexto de mi discurso, la metáfora que informa la valentía y el talento asociado a la grandeza moral de Hugo Chávez evidenciados al decidir regresar a su “Patria Querida” como lo hizo, para dictar su última proclama.
Tergiversar lo que los niños y niñas de esta Patria conocen de la historia épica y hermosa de la pluma de historiador Eduardo Blanco, para arrojar un velo sobre la claridad de mis palabras, no sólo demuestra desprecio por la historia sin también por el presente que vivimos. Desprecian al país porque no lo entienden. Irrespetan desde la ignorancia. Aún conociendo el pasaje heroico de Pedro Camejo sobre el Campo de Carabobo, cuando herido fue a despedirse del General José Antonio Páez, no lo entienden en su carga histórica, y no lo entienden en su sentido patrio, porque no sienten la Patria.
Sentir la Patria es sentir como Hugo Chávez, cuando lleno de fuerza moral vino en diciembre pasado a decirle a su pueblo que estaba muerto. Sentir la Patria es entregarse a ella como lo hicieron el Negro Primero y Hugo Chávez. Son hombres llenos de grandeza. Los otros, los que con ruindad nos atacan ayer y hoy, son pequeños.
¡Viva Chávez!
M/G Jacinto Pérez Arcay
He dicho entre mis palabras dedicadas a mi alumno y maestro que “como el Negro Primero, llegaste de Cuba muerto, viene a decirles adiós porque estoy muerto, y dijiste tu última proclama”. Es racionalmente imposible que no se haya entendido, en el contexto de mi discurso, la metáfora que informa la valentía y el talento asociado a la grandeza moral de Hugo Chávez evidenciados al decidir regresar a su “Patria Querida” como lo hizo, para dictar su última proclama.
Tergiversar lo que los niños y niñas de esta Patria conocen de la historia épica y hermosa de la pluma de historiador Eduardo Blanco, para arrojar un velo sobre la claridad de mis palabras, no sólo demuestra desprecio por la historia sin también por el presente que vivimos. Desprecian al país porque no lo entienden. Irrespetan desde la ignorancia. Aún conociendo el pasaje heroico de Pedro Camejo sobre el Campo de Carabobo, cuando herido fue a despedirse del General José Antonio Páez, no lo entienden en su carga histórica, y no lo entienden en su sentido patrio, porque no sienten la Patria.
Sentir la Patria es sentir como Hugo Chávez, cuando lleno de fuerza moral vino en diciembre pasado a decirle a su pueblo que estaba muerto. Sentir la Patria es entregarse a ella como lo hicieron el Negro Primero y Hugo Chávez. Son hombres llenos de grandeza. Los otros, los que con ruindad nos atacan ayer y hoy, son pequeños.
¡Viva Chávez!
M/G Jacinto Pérez Arcay
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