Posted: 30 Aug 2012 07:36 PM PDT
Por: Ivanovich Arretureta G
Teodoro Petkoff Malec ocupa en la sociedad venezolana, de finales del siglo XX y principios de milenio, el más alto rango de la criolla picaresca. Es decir, un personaje de carácter satírico. Un individuo cínico y amoral. Escribir sobre su vida y andanzas nos lleva a narrar una serie de incidentes o episodios que trascienden los parámetros de la ficció n y llegan a cabalgar al paso de una personalidad perturbada y narcisista. Para muchos, Petkoff es un converso sin parangón .Para otros, no se puede calificar de converso a quien sólo ha militado consigo mismo desde el día en que se reconoció frente a un espejo. Sin embargo, son muchos los adjetivos que lo describen: oportunista, delator, chulo, plagiador, mitómano, ladrón, asesino, machista, egocentrista, prepotente, traidor, cobarde, tramposo, audaz, miedoso, depredador, arribista, trepador…y paremos el glosario de sinónimos de bajeza.
Un personaje generador de odios y frustraciones. Y si no, preguntemos a los pensionados del Seguro Social; a los trabajadores de la extinta Viasa; a los Warao, Arawako, Kariña, Akawaio y Pemón, grupos de indígenas afectados por los negocios de Imataca; a la expropiada clase obrera; a la maltrecha clase media, cuyas tuercas fueron apretadas una y otra vez por el Fondo Monetario Internacional; a los periodistas maltratados y humillados; a los funcionarios públicos aterrorizados y constantemente amedrentados. Valga párrafo aparte, preguntarle a los familiares de civiles y guardias nacionales asesinados en El Encanto; a las viudas del programa “matemos un policía por día”; a las madres del contingente de jóvenes guerrilleros que siguieron un ideal en la montaña; a los miles de dirigentes encarcelados por delaciones; a los amigos del poeta Argenis Rodríguez; a la mala leche de muchos; y, por último, a la buena leche de Teodoro.
Hoy nadie se atrevería a olvidar que, antes de ser el encargado de hacernos tragar la amarga píldora exigida por el FMI, Teodoro combatió a muerte las teorías liberales, capitalistas o como se las quiera llamar. Sin embargo, sólo sus amigos personales y los necios serían capaces de no pedirle cuentas de un pasado en el cual alternaba con torpeza la ametralladora, suministrada por su ahora negado amigo Fidel, y sus escritos revolucionarios. Teodoro, en sintonía con Nicolás Maquiavelo, se dio cuenta hace tiempo de que su pasado lo persigue. Y que por más que manifieste haber cambiado, los acontecimientos no cambian sino que lo marcan de manera definitiva- Historia familiar “Es una antigua verdad el que con frecuencia en política se aprende del enemigo” Vladimir Ilich Ulianov, Lenin.
Los esposos Petkoff-Malec, inmigrantes búlgaros-polacos, llegaron a Venezuela en 1934 (y no en 1929 como lo ha repetido hasta la saciedad Teodoro). A los pocos meses de haber arribado al país, se residenciaron en Caracas (y no en el estado Zulia, donde Teddy forjó una partida de nacimiento para decir que nació en el Batey). De profesión médico, la señor a Malec de Petkoff llegó al país con sus tres hijos: Teodoro y los gemelos Luben y Milko. De padre cristiano y madre judía, Luben y Teodoro (Milko murió joven) con el tiempo se convirtieron en marxistas, ateos, conversos, estafadores, delatores y multimillonarios. Teodoro, personaje central de este relato, nació e l3 de enero de1932 en Sofía, capital de Bulgaria, al igual que sus hermanos, como queda demostrado por la partida de nacimiento de Luben. No obstante, Teodoro ha logrado mantener con relativo éxito la especie de que es oriundo del Bate y, estado Zulia. Tratándose de un personaje oscuro y retorcido, no podía ser de otra manera, su primer acto de vida, el nacimiento, también está rodeado de penumbras y falsedades.
Y Teodoro… ¿Qué hizo? “Teódulo Perdomo”, “Boca e’ Poceta”, Simón Bocanegra, Teoo, simplemente, Teddy; un nombre para cada faceta: el delator, el parlamentario, el difamador, el farsante, el multimillonario, multiforme escuela dialéctica que esconde a un soberano cobarde, supo siempre “vivir la Pepa”. Entrados los 60, Petkoff era considerado la cabeza visible del terrorismo en Venezuela, pero nunca le pasaba nada (era pajuo del gobierno). Teódulo ordenó secuestrar aviones, y su ya fue la idea de matar“ un policía diario”, consigna que causa asombro cuando recordamos que lo vimos abrazar y saludar efusivamente a Bill Clinton, en La Carlota, durante el último gobierno de Caldera. Todo un“santo varón”. Recordemos que aquella consigna de matar a un policía diariamente no podía ser sino una locura. Sin embargo, quienes levantaban sus voces para reprochárselo a Petkoff y a su secuaz Pompeyo Márquez, terminaban desterrados de la revolución. Era el más vil ejercicio stalinista. La propuesta de Petkoff, de matar un policía por día cayó mal en la opinión pública y terminó por desacreditar a los comunistas. Las paredes de Caracas comenzaron a rayarse con pintas ordenadas por la propia Central de Inteligencia Americana (CIA) y que los adecos escribían gustosos: “COMUNISTASASESINOS.
Resultaba del todo inexplicable que Petkoff estuviese siempre cayendo preso y evadiéndose de la manera más tranquila. Nadie se explicó nunca lo de la captura del profesor Alberto Lovera, quien era un hombre duro. El profesor Lovera dirigía junto a Teodoro el aparato insurreccional, pero a Lovera lo asesinaron y a Petkoff lo confinaron, sin tocarle un pelo, al Cuartel San Carlos. De allí se evadió. Otra pregunta que se hacen los cronistas de la época: ¿cómo pudieron ser asesinados los hermanos Pasquier?, que no eran tan conocidos, y en cambio Petkoff y Pompeyo Márquez andaban muertos de risa en Caracas, cuando todo el mundo sabía dónde estaban, principalmente Gonzalo Barrios y Carlos Andrés Pérez.
Los Pasquier dirigían la logística de las guerrillas, y cuando cayeron (de una manera extraña y sospechosa) fueron muertos enseguida. El poeta Argenis Rodríguez, un intelectual víctima de Luben y Teodoro, afirmó en uno de sus escritos:“¿Qué sólo Teodoro Petkoff sabía quiénes eran y que responsabilidad tenían el profesor Lovera y los hermanos Pasquier? Así pues, el profesor Lovera y los hermanos Pasquier cayeron, fueron torturados y al final muertos con el tiro de gracia del pajuo de Petkoff.
Continuara…
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