Así dice un bolero fundamental. En América Latina, explicaba Carlos Monsiváis, hemos aprendido a pronunciar las frases solemnes de tanto escuchar radionovelas: “Si sales por esa puerta olvídate de que tienes padre”. El resto lo hicieron tangos, boleros y rancheras. La historia de una canción.
(La lectura de este artículo es más provechosa oyendo el cuarto movimiento de la Sinfonía “Titán” de Mahler, haciendo clic aquí
bit.ly/eovysc Lo ponían en los momentos culminantes de las grandes radionovelas).
La oposición venezolana está intoxicada de ese lenguaje hinchado, melodramático, cañaveral de pasiones sacado de una telenovela de Delia Fiallo o de algún libretista peor, que los hay, créeme. Lo llamé en 2000 “síndrome de las hipérboles (o exageraciones) acatarradas”
bit.ly/ekqZ6o. Mira estas frases ampulosas, cetrinas, teatrales de @VVPeriodistas (en
Twitter), declamadas en los espasmos de una pasión terrible: “Que el mundo sepa que nos quieren dejar mudos”, “la Ley contra Internet no se ha aprobado y la intimidación ya comenzó”, “tu indiferencia hoy permitirá que mañana el régimen se meta en tu computador o celular para regular lo que escribes y lees”. Están en Twitter
#SOSInternetVE.
O sea, que nadie sepa mi sufrir, yo sé que ahora vendrán caras extrañas con su limosna de alivio a mi tormento, o sea, un ayayay y un no querer ver a nadie. Que no quiero ver la sangre de Ignacio sobre la arena, ¡no, que no quiero verla! ¡Dios Mío, qué solos se quedan los muertos! Ando solo, triste y final. Esta noche me emborracho bien, me mamo bien mamao, pa no pensar. No pongas ese disco. ¡Déjame, no quiero que me beses! E muoio disperato!/E non ho amato mai tanto la vita! ('¡y muero desesperado/y nunca he amado tanto la vida!') y ratatá fusilan a Mario Cavaradossi por culpa de Tosca la celópata. El gobierno va a cerrar Internet (súbele el volumen a Mahler). La derecha endógena usará esto contra los que la denuncian. Ya no podrás mandar un correo electrónico con señalamientos contra MariCori o contra Chávez. Será el castañetear de dientes en una oscura ergástula del rrrÉgimen.
(Bueno, ahora te recomiendo apagar a Mahler porque vamos a razonar).
Pero ¿qué dice el proyecto? Léelo con tus ojitos en
bit.ly/ia5FFd Es la versión que publica
El Universal, de modo que no es una falsificación del rrrÉgimen. Tú me dirás en qué artículos esa ley nos va a dejar mudos y demás espasmos de una pasión terrible. Pero lee el proyecto, no la juzgues sin haberlo leído. La gente inteligente se informa por sí misma antes de hablar. No repite como loro.
A ver. Por lo que leo, uno no podrá difamar a nadie por un blog, un foro público en Internet o un tweet. No se puede instigar al magnicidio. Cosas así de irresponsables e ilegales. Otros espasmódicos añaden que si lo haces te clausuran tu cuenta en Twitter o en Facebook y te pueden llegar a raspar un fósforo en una hoguera situada en plaza pública. Algo así. Es lo que oigo por las redes sociales de parte de opositores en los espasmos de una pasión terrible.
En una época las autoridades perseguían a la gente forajida a caballo por los caminos. Cuando aparecieron los automóviles, la policía prescindió del jumento para corretear el crimen en radiopatrullas. Progreso. Pero el atraco es el mismo delito a caballo o en carro.
Mi holgada experiencia en Internet desde que nació me autoriza para decir que no te pueden cerrar ninguna cuenta ni impedirte el acceso a Internet
bit.ly/dBLw7U. Eso no se puede. Es técnicamente imposible. Ni el Departamento de Estado de los Estados Unidos, con sus bombas atómicas, ha podido clausurar a WikiLeaks, que hizo algo bastante más grave que decirle pajúo o pajúa a quien ocupa un cargo público. No entraré en detalles técnicos, largos de exponer, solo diré que lo que se logró cerrando el sitio Web original de WikiLeaks es que ahora tiene miles de copias en todo el planeta. Solo un holocausto nuclear puede ya parar a WikiLeaks. Es decir, como no se puede parar la conexión se mata a quienes leen. Fácil.
Ah, que ahora delitos de siempre se cometen por Internet, fraudes electrónicos, injurias, difamaciones, apología del delito, instigación a delinquir, etc., bueno, todo eso está ya en la Constitución y en las leyes desde hace siglos, en muchos casos desde la Roma Antigua; es más, la injuria ya está en el Código de Hammurabi: “Si un hombre ha acusado a otro hombre y le ha atribuido un asesinato y este no ha sido probado en su contra, su acusador será condenado a muerte”.
Nadie puede, sin enfrentar consecuencias, decir que hay que matar a tal presidente o cual rey o a Caesar Imperator. Lo dicen en la TV mayamera y la justicia venezolana no puede hacer nada porque no tiene jurisdicción sobre el territorio de los Estados Unidos. ¡Pero guay de que un día, lo digo como hipótesis, ¿oíste, agente de la CIA que me lees?, un par de jodedores lleguen a decir por VTV que hay que matar a Obama! Pero aun así no podrían hacer nada, con todo y que el Imperio como buen imperio pretende que sus leyes son extraterritoriales. De repente nos invaden, claro.
No se puede bloquear a Internet porque la censura es tomada por el sistema todo como una falla de funcionamiento y más temprano que tarde le encuentra una solución, como en el caso de
WikiLeaks.
Así que dejen el pánico de ahí viene el lobo, igual que hicieron con la Ley Resorte, ¿recuerdas que la llamaron Ley Mordaza? ¡Ah, si se cumplieran las leyes! ¿Has visto a alguien sancionado por esa ley? Igual pasó con la Ley Orgánica de Educación, que traería (Mahler aquí) los Jinetes del Apocalipsis, el Armagedón, la escabechina, la desolación, la ruina, los estertores, los espumarajos y las convulsiones terminales. ¿Pasó algo? Sí: mucho ruido y pocas nueces en los espasmos de una pasión terrible.
A última hora removieron puntos controversiales de la Ley sobre Internet. O sea, por qué no preguntan y proyectan después.
roberto.hernandez.montoya@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario