La crisis financiera, explicada de manera sencilla:
(Estudio de caso: Estados Unidos…)
Heidi es la propietaria de un bar en Berlín, al que ha adquirido con un préstamo bancario. Como es natural, quiere aumentar las ventas, y decide permitir que sus clientes, la mayoría de los cuales son alcohólicos desempleados, “beban hoy y paguen después”. Ella va anotando en un cuaderno todo lo que consumen, cada uno de sus clientes. Esta es una forma -como otra cualquiera- de concederles préstamos.
Nota: Pero, en realidad, no le entra en caja ningún dinero físico.
Muy pronto, gracias al boca-a-boca (o radio bemba, como decimos por aquí), el bar de Heidi comienza a llenarse de más y más clientes.
Como sus clientes no tienen que pagar de contado, Heidi decide aumentar los (sus) beneficios, subiendo el precio de la cerveza y del vino, que son las bebidas que sus clientes consumen en mayor cantidad. El margen de “beneficios” aumenta ver-ti-gi-no-sa-mente…!
Nota: Pero en realidad, éste es un margen de beneficios ‘virtual’, ficticio. La caja sigue estando vacía.
Un empleado del banco allegado a ella, muy ‘emprendedor’, y que trabaja de director en la sección de ‘Servicio al cliente’, advierte que las deudas de los clientes del bar son ‘activos de alto valor’, y decide aumentar la cantidad del préstamo a Heidi. El empleado del banco no ve ninguna razón para preocuparse, ya que el préstamo bancario tiene como base para su devolución, las deudas de los clientes del bar…!
Nota: ¿Vas captando como comienza a edificarse un castillo de naipes?
En las oficinas del banco, los Directivos convierten estos activos bancarios en "bebida-bonos", "alco-bonos" y "vomita-bonos" bancarios. Estos bonos pasan a comercializarse y a cambiar de manos en el mercado financiero internacional. Nadie comprende en realidad qué significan los nombres tan raros de esos bonos; tampoco conocen las garantías que tienen estos bonos, ni siquiera saben si tienen alguna garantía o no. Pero como los precios (de lo que vende Heide) siguen subiendo constantemente, el valor de los bonos sube también constantemente.
Nota: El castillo de naipes crece y crece, y no para de crecer, pero todo es un engaño; no hay detrás, solidez monetaria que lo sustente. Todo se convierte en "bonos", es decir, en papelitos que "representan" tener valor, siempre y cuando el castillo de naipes se sostenga.
Sin embargo, aunque los precios siguen subiendo, un buen día, un Asesor de Riesgos Financieros, que trabaja en el mismo banco (asesor al que, por cierto, despiden pronto por promover e pesimismo), decide que ha llegado el momento de exigirle a Heidi el pago de su préstamo bancario. Y Heidi, a su vez, exige a sus clientes el pago de las deudas contraídas con el bar.
Pero, claro está, los clientes no pueden pagar sus deudas.
Nota: ¡ Porque siguen sin tener ni un céntimo ! Han podido beber cada día en el bar porque les fiaban y porque los clientes "se comprometían" a pagar sus deudas… pero no existía el dinero físico para honrar esas deudas.
Heidi no puede devolver sus préstamos bancarios y entra en bancarrota.
Nota: Y Heidi pierde el bar…
Los "bebida-bonos" y los "alco-bonos" sufren una caída de un 95 % de su valor. Los "vomito-bonos" están ‘ligeramente’ mejor, ya que sólo caen un 80 % de su valor.
Las compañías que proveen al bar de Heidi, que le dieron largos plazos para los pagos y que también adquirieron bonos cuando su precio empezó a subir, se encuentran en una situación jamás vista antes. El proveedor de vinos entra en bancarrota, y el proveedor de cerveza tiene que vender el negocio a otra compañía de la competencia.
Nota: Porque los proveedores de vinos y cervezas también le fiaban a Heidi, creyendo estar seguros de que cobrarían con creces, al cabo del tiempo. Como no han podido cobrar, dado que el dinero no existía, la deuda de Heidi se los ha comido a ellos…!
Entonces el gobierno interviene para salvar al banco, luego de unas conversaciones entre el Presidente del gobierno y los líderes de los otros partidos políticos.
Para poder financiar el rescate del banco, el gobierno introduce un nuevo impuesto muy elevado que pagarán los abstemios. O sea los que no beben…
Nota: Que es lo que realmente ha sucedido. Con los impuestos de ciudadanos inocentes -e ignorantes de lo que estaba sucediendo-, los gobiernos han tapado el agujero financiero creado por la estupidez de los bancos.
¡Coño, por fin! ¡Una explicación que entiendo!
Manuel Rugeles manuelrugeles@gmail.com
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